Concepción Arenal

«No tenemos oficinas ni empleados: no hay más gastos que los de imprenta, cobranza, repartidor y correo. Los productos se destinan a socorrer familias pobres, según se ve en las cuentas semestrales que en la misma Revista publicamos. Nuestra suscripción, apreciabilísima para nosotros y nunca por nosotros bastante agradecida, es sin embargo escasa: se reduce a un millar de benévolos lectores. (...) Nuestro afán se reduce a popularizar todas las cuestiones relativas a la situación de los pobres y de los encarcelados, procurando despertar el interés y la simpatía hacia esas dos clases infortunadas de la sociedad. (...) Importamos de Francia la sencilla institución del Patronato de los Diez, que en París se llama Obra de las Familias. Se reduce a unas agrupaciones de diez personas cada una que se encargan de mantener, cuidar y proteger en cuanto puedan a una familia pobre y desamparada. También hemos establecido un taller de caridad, es decir, una reunión semanal donde cierto número de señoras cosen ropas para los pobres. Este taller tiene una sucursal, y para él hemos recibido muchos donativos de ropas tan buenas que no necesitan entrar en él.» (La Voz de la Caridad, nº 68, Madrid, 12 de enero de 1873, págs. 305-306.)

 

COMENTARIO:

En este pequeño articulo de Concepción Arenal, publicado en LA VOZ DE LA CARIDAD, nos cuenta como se financia su organización y a quienes dedican sus atenciónes. Se puede entender la precariedad economica de su organización que se nutre de fondos privados, basicamente de la publicación de una revista y, como, han importado de Francia la actuación sobre las familias. En principio se dedicaron a atender a las familias, los pobres y los encarcelados, los cuales se encuentran en una situación bastante deplorable. Tambien leemos como en algunos casos los socios, personalmente, se encargan de mantener economicamente a una familia en situación de pobreza. Podemos ver como se conforma el voluntariado, dedicado a proporcionar bienes materiales a los usuarios, principalmente la reparación de ropa donada por particulares. Llama la atención que solo reciban ayuda de manos privadas y no de los organismos estatales.