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LA CONVIVENCIA EN GRUPO FOMENTA LA SINGULARIDAD INDIVIDUAL 02/26/2011

LA CONVIVENCIA EN GRUPO FOMENTA LA SINGULARIDAD INDIVIDUAL 02/26/2011

La evolución ha asegurado así que identifiquemos a nuestros amigos, familiares o rivales. 

Aunque resulte paradójico, formar parte de un grupo social extenso es lo que nos hace únicos y es lo que, evolutivamente, propicia las diferencias y singularidades individuales. Esto es lo que ha revelado un estudio realizado por científicos de la Universidad de California en los Ángeles (UCLA), en el que fueron analizados varios tipos de ardillas y roedores que conviven en grupos de diversa extensión. Los resultados demostraron que el tamaño de la manada explicaría nada menos que el 88% de las variaciones vocales individuales. Estos resultados son extrapolables a otras especies fuertemente sociales, como los humanos, y explicarían porqué somos tan distintos unos de otros, afirman los científicos. Por Yaiza Martínez.

 

Puede parecer paradójico, pero formar parte de un grupo social extenso es lo que nos hace únicos y es lo que, evolutivamente, propicia las diferencias y singularidades individuales. 

Esto es lo que ha revelado un estudio realizado por científicos de la Universidad de California en los Ángeles UCLA
 , en el que fueron analizados varios tipos de ardillas y roedores. 

Pronosticador de la singularidad 

Los biólogos Kimberly Pollard y Daniel Blumstein
, director del Departamento de ecología y biología evolutiva de la UCLA, examinaron la evolución de la individualidad o de la singularidad personal, a partir del registro de las vocalizaciones de las llamadas de alarma que emiten ardillas y roedores de ochos tipos distintos. 

Entre estos tipos se encontraban, por ejemplo, los perritos de las praderas
de cola negra, las marmotas de vientre amarillo y las ardillas de tierra de Belding. Se sabe que todos estos animales conviven en grupos sociales de diversa extensión. 

A partir de los registros realizados, los científicos constataron que el tamaño de los grupos funcionaba como pronosticador del grado de singularidad individual de las voces de los animales: cuanto más grande era el grupo, más específica era la voz de cada uno de sus miembros, y más sencillo era identificar a cada individuo de la manada. 

Según publica la UCLA en un comunicado
, esta constatación, resultado de seis años de investigaciones, podría ayudar a explicar un factor crítico de las vidas cotidianas de los humanos y otras criaturas sociales: porqué cada uno es tan diferente a los demás. 

La razón, afirman los investigadores, sería que en una manada o grupo es difícil identificar a cada uno de los miembros, y cuanto mayor sean estos grupos, más difícil resulta esta identificación. 

Diferenciación clave 

Cuando convivimos en sociedad “debemos ser capaces de identificar a nuestros amigos, familiares o rivales”, explica Pollard. 

La naturaleza ha resuelto el problema de la confusión entre los miembros de las comunidades proporcionando a las criaturas sociales características más específicas, que ayudan a diferenciarlas de sus iguales.

 

 

Instrumentos utilizados en el registro de las llamadas de los roedores. Fuente: UCLA 

Según explican los científicos en un artículo aparecido en la revista Current Biology, la capacidad de distinguir a unos individuos de otros dentro de un grupo resulta clave en el comportamiento social de humanos y otros animales. 

Dicha capacidad es necesaria, por ejemplo, para reconocer a la descendencia y a la pareja, para definir comportamientos territoriales y de coalición, y también para establecer jerarquías sociales. 

Hasta ahora, estudios realizados a pequeña escala habían demostrado que las especies más sociales presentaban una individualidad mayor en sus señales sociales, como en las llamadas entre ellos. En 1982, esta idea ya fue propuesta por el biólogo de la Universidad de Washington, Michael Beecher


Sin embargo, la relación entre socialización e individualización no había sido evaluada a una escala más amplia y en un contexto evolutivo hasta ahora. 

Presión evolutiva actual 

Los científicos de la UCLA han conseguido demostrar una fuerte relación evolutiva entre el tamaño del grupo en ardillas y la singularidad en las llamadas de alarma de sus miembros. Según los investigadores, el tamaño del grupo explicaría nada menos que el 88% de las variaciones vocales individuales. 

De estos resultados, los científicos concluyen que el tamaño del grupo social promueve las diferencias individuales, y que la relación directa entre grado de socialización y nivel de individualización puede ser un fenómeno muy extendido en la naturaleza, aunque no universal. 

Según publica la revista Discover, los investigadores creen que este fenómeno seguramente se dé en otros animales muy sociales, como los delfines, los carnívoros o los primates, y que es menos probable que se produzca en grupos de peces o enjambres de insectos porque que en estos casos la distinción individual no resulta tan importante. 

Por otro lado, Pollard señala que, en la actualidad: “El número de individuos que los humanos deben reconocer parece ir en aumento, especialmente a medida que las conexiones globales se incrementan, y que los grupos sociales están cada vez menos claramente definidos”. 

Como consecuencia, podría estarse produciendo un “incremento de la presión evolutiva en nuestra propia individualidad”, afirma la investigadora.

 

Fuente: tendencias21.net

REPORTAJE: NIÑOS PSIQUIATRIZADOS ( AÑO 1982).

REPORTAJE: NIÑOS PSIQUIATRIZADOS ( AÑO 1982).

CARNE DE CAÑÓN. JORGE MARTINEZ REVERTE 14/03/1982

Miles de niños españoles padecen trastornos psiquiátricos graves. Son niños que, por dejadez de la Administración, se ven abocados a la marginación, la delincuencia e incluso al suicidio. No es el tópico del niño suburbial que aprende a ser delincuente en el barrio, sino la situación de muchos hijos de familias medias que no son atendidos de manera adecuada. José María G. A. acude a la consulta acompañado por una pariente cercana y la asistente social. Es delgado, algo corto de estatura para su edad, y de él sólo destaca la viveza de unos ojos oscuros que escrutan todo lo que se mueve a su alrededor.

José María ya no pinta nada en el gran hospital de la Seguridad Social al que le llevaron después de que intentara suicidarse por tercera vez en pocos meses. En el gran hospital ya no pueden hacer nada por él, no tienen los medios adecuados para tratar a un niño al que se le han curado todos sus problemas orgánicos. Tendría incluso que haber abandonado antes la clínica, pero al enterarse de su traslado se tomó un frasco entero de un medicamento tóxico y hubo que proceder a un nuevo lavado de estómago.

El psiquiatra dice que son imprescindibles dos cosas para abordar el tratamiento: no puede volver a su casa y debe acudir a un par de sesiones semanales de terapia. El doctor se ocupa de gestionar con grandes dificultades una plaza de internado en el colegio de San Fernando. El curso escolar está a la mitad, y es difícil conseguir la admisión. En casa de su madre le esperarían nuevos intentos de suicidio. Su hermano mayor está internado en el Psiquiátrico que lleva el nombre del general Alonso Vega, porque también ha intentado el suicidio. Antes estuvo su madre, diagnosticada como psicótica. Su hermano de diez años tiene una temprana Inclinación a aspirar los aromas del pegamento. El padre murió hace años.

SIN PELOS EN LA LENGUA

El crío está de mal humor. En el hospital se encontraba a gusto, rodeado de afecto y alejado de sus problemas cotidianos. Cuando el doctor le dice que intentará enviarle al colegio, responde con un lacónico "vete a tomar por el culo". No tiene pelos en la lengua a la hora de expresar su repulsa, como tampoco tiene reparos para aceptar delante del médico la veracidad de los datos que avalan una ejemplar biografía: ha practicado tirones, ha asaltado cabinas telefónicas y ha probado casi todas las drogas que se puede obtener en el mercado libre de Vallecas.

-Quita, que sólo quieres llamar la atención -le dice la asistenta social, con tono cariñoso, al sorprenderle.

El psiquiatra explica después con más pormenores esta apreciación: Que lo haga por llamar la atención no resta importancia al hecho. En una de éstas lo consigue. Si no se logra algún avance, José María tiene dos posibilidades: suicidarse o convertirse en un delincuente.

Y cita, para evitar cualquier suspicacia, unos contundentes datos elaborados por el doctor Carlos Cobo, jefe de la sección de Psiquiatría Infantil de la clínica La Paz. Sólo en tres años y medio se recibieron 31 intentos de suicidio de menores de quince años en un hospital de Madrid. De esos 31 casos, 28 correspondían al sexo femenino. Doce niños menores de quince años conseguirían sus propósitos en 1978. El psiquiatra rechaza las brillantes teorías que corren por las tertulias de café: Hay más suicidios en el campo que en la ciudad. Y por métodos muy crueles. Sobre todo, por ahorcamiento. En las ciudades se suele recurrir a la ingestión de medicamentos, método menos doloroso y muy asequible, dada la enorme cantidad de fármacos que acumulan las familias españolas.

José María puede reventar por sí solo las estadísticas de actos suicidarlos. Una semana después de su visita comenzará la terapia en un centro en el que un escaso número de psiquiatras y psicólogos han de hacer frente a una masiva presencia infantil, en un acto que tiene más de voluntarista que de asistencia planificada.

Los padres juzgan: El jefe de la sección de Psiquiatría Infantil del Hospital del Niño Jesús, el doctor José Luis Pedreira, no muestra un panorama muy halagüeño: No tenemos medios. El sistema sanitario español no se toma en serio la psiquiatría en general, desprecia la psiquiatría infantil e ignora absolutamente los problemas psiquiátricos de los adolescentes. La ley prohíbe en España el internamiento en centros psiquiátricos de los menores de dieciocho años. Hasta los catorce hay una asistencia que depende de lo que decidan los padres, y entre los catorce y los dieciocho no existe nada.

La conclusión es evidente: José María va al psiquiatra porque está enfermo, pero José María puede dejar de acudir el mismo día en que su madre decida que ya no tiene por qué ir. El médico no tiene voto en esta cuestión. El doctor Pedreira lo expresa muy gráficamente: Si un crío está alterado, se produce una demanda familiar, con la esperanza de que se pueda solucionar el tema. Pero como la psiquiatría está en España adscrita a servicios pediátricos, se practica en servicios consultores, sin espacio físico ni medios de personal. Entonces llegamos a diagnósticos muy brillantes, pero rara vez podemos poner un tratamiento adecuado. Es como si alguien va a un médico y éste le diagnostica una infección urinaria y le dice: "Tiene usted una infección, váyase a casa".

Enfermedad social: No son mejores las perspectivas de Ana F., también de doce años de edad, aunque muy desarrollada físicamente. Ana comenzó a ir a la consulta porque su madre se preocupó. La niña fumaba demasiado y registraba numerosas faltas en el colegio.

Ana no piensa que la molestia tenga sentido: "Estoy aquí porque me han traído mis padres". No suele hablar mucho más. Adopta una actitud displicente ante el tratamiento y suele escuchar al médico con escasa atención. Las manos en el bolsillo de la cazadora corta y el cuerpo apoyado en la pared con desgana.

Su padre no le da importancia a lo que ocurre. Hay veces que la niña llega a casa a las doce de la noche. Hay veces que Ana no va a dormir a casa. Hay muchas veces que falta al colegio y presenta como excusa, que no le importa si alguien se la cree, el haber estado en la consulta del psiquiatra. La madre se muestra asustada y acusadora a la vez: "Va con chicos mucho mayores que ella". Y la niña responde, despectiva: -Me gustan y no son malos. -Pero es que la tocan. La tocan las tetas y ella se deja. -Me gusta.

Son chicos de veinte o más años. Algunos de ellos han sido arrestados en alguna ocasión por delitos menores, como asalto de cabinas telefónicas o hurtos. Ana insiste en que no son malos sus amigos. La madre, de forma progresiva, se asusta más y más. La premia o la castiga de forma desproporcionada y encuentra una respuesta dura y cortante: "Si no me dejas salir cuando quiera, me marcho de casa y no me vuelves a ver".

Los médicos alcanzan a comprender el problema. Como dice con ironía una y otra vez el doctor Pedreira: llegan a un diagnóstico brillante. Detrás de la actitud de Ana hay un problema de rivalidad con su hermano menor, una niña modelo. La madre se dio cuenta desde que nació la segunda hija y se volcó en la mayor de forma excesiva. El padre, un trabajador que se ve obligado a un horario nocturno, no atiende las necesidades familiares y opta por la solución de quitarle importancia a lo que sucede en casa.

-Ana necesita un tratamiento que consiste en una asistencia psicológica urgente, una asistencia que no sea represiva, aunque con límites claros. Necesita que prosiga su enseñanza, que no se la desconecte del medio y que se la integre en la familia. Aquí no podemos darle un tratamiento como el descrito.

LA DELINCUENCIA, UNA SALIDA

Una vez más, las perspectivas no pueden ser más desoladoras. El médico opina que la delincuencia es una salida más que probable. La madre de Ana ha llegado a la conclusión de que su hija se droga. Un día la arrincona, y la niña acaba por confesar que ha tenido "la droga en las manos". Nada más.

Pocos días después, recién finalizada una sesión de terapia, la niña aparenta pasar más que nunca. Pero esta vez le tiemblan las manos y tiene las pupilas contraídas. Dice que quiere ir el baño. Tarda en volver, la madre se escama y decide entrar tras ella Ahora Ana está tranquila, y la madre, alterada. Se han invertido los papeles. En el baño, todo indica que la niña se ha administrado una dosis, aunque la jeringuilla se haya perdido por el sumidero. El doctor no puede investigar más. La sesión ha terminado por ese día. Ana volverá hasta que su madre se canse de acompañarla a la consulta.

-Es una muestra perfecta de cómo una enfermedad puede desembocar en una enfermedad social -concluye el médico.

PSICOTERAPIA FAMILIAR

En el caso de Ángel B., las exigencias se rían aún mayores. En el informe clínico se señala como imprescindible para su curación la celebración de sesiones de "psicoterapia familiar si sistemática". Sólo que Ángel tiene la mala fortuna de residir en una provincia del Sur en la que no existe ningún servicio de psiquiatría infantil Su caso puede ser todavía más desesperado.

Ángel tiene diez años y presenta graves alteraciones de conducta. Es agresivo, especialmente con su padre, un hombre que presume de haberse hecho a sí mismo frente a todas las dificultades y que tuvo el generoso gesto de "regalarle" el niño a su mujer, estéril, moviendo sus buenas influencias en la Administración.

Ángel es hijo verdadero de una madre soltera de procedencia latinoamericana y tiene evidentes rasgos que delatan una mezcla racial mestiza de negro y blanco. A Ángel le llamaban el Negro en el colegio, y él comenzó a preguntar que por qué no era igual que los demás niños. Su madre adoptiva decidió darle una explicación que no le hiriera, y le fabricó una historia a la medida: ella y la madre auténtica de Ángel coincidieron en la misma habitación de clínica maternal, pero a la madre adoptiva se le murió el hijo, recién nacido. La verdadera madre de Ángel, al verla tan triste, le regaló el suyo para que no sufriera.

A partir de ese momento todo empeoró en Ángel, rodeado además por una madre sobre protectora y un padre adoptivo autoritario y despectivo. Ángel comenzó a pasar a lo que los psiquiatras llaman el acting.  Si en otros casos es más que problemática la preparación y el desarrollo de una terapéutica adecuada, en el caso de Ángel se llega casi a la desesperación. Ángel tuvo la mala suerte de residir en una provincia alejada de las misérrimas instalaciones que existen en otras capitales.

-Y lo peor -continúa el doctor Pedreira- es que la asistencia psiquiátrica no tiene por qué ser cara. Hemos hecho estudios que lo demuestran de manera palpable. Una cama de hospital les cuesta a los contribuyentes entre las 12.000 y las 18.000 pesetas diarias, casi como un hotel para millonarios mexicanos. En nuestro servicio, como en otros servicios psiquiátricos, el coste por día y enfermo ronda las seis pesetas, porque no se precisan camas de hospitalización, no se utilizan medicamentos ni instalaciones sofisticadas. Sólo hacen falta locales y una dotación de personal suficiente. Suena exagerado, pero es así: por cada día que un niño ha de ser hospitalizado a cuenta de un problema psiquiátrico, se podrían financiar 2.000 sesiones de terapia. La rentabilidad de la asistencia sanitaria en España se sigue midiendo por el número de pacientes nuevos que se tratan cada día. Y la psiquiatría es lenta. Así no vamos a ninguna parte.

 

SALIDAS PRIVADAS

Rafael D. se puede considerar afortunado. Su padre, un profesional acomodado, le costeó un tratamiento privado que dejó las finanzas de la familia prácticamente exhaustas. Partidario de la medicina pública, consideró que la asistencia que le proporcionaban a su hijo no era la idónea: "No creo que sean mejores los médicos privados, pero llegó un momento en que tuve que decidirme por una cosa o por otra. Y puse a mi hijo en manos de un psiquiatra con consulta privada". Rafael se fugó de casa a los catorce años. No volvieron a saber de él hasta cuatro meses después. Apareció en la clínica de la Seguridad Social de San Sebastián, en estado crítico, con hemorragias esofágicas y una infección generalizada.

Poco a poco se pudo reconstruir la historia. Le habían llevado hasta la clínica sus compañeros de movida. Vivió durante algún tiempo desplazándose de una ciudad a otra, sin realizar ninguna actividad en particular, acompañado por un grupo de chicos y chicas de edades similares, durmiendo al raso en las plazas públicas o en las carreteras. En esos meses probó todo tipo de drogas duras y blandas. Cuando le recogieron tenía los brazos agujereados por un buen número de picotazos, y combinaba el alcohol con las anfetaminas. Cuando las drogas de mejor calidad se les hacían más difíciles de conseguir, optaban por inyectarse una mezcla de agua potable con anfetaminas reducidas a polvo.

Desde meses antes de escaparse de casa, Rafael había ido perdiendo todo interés en los estudios. No hablaba en casa y se mantenía ajeno a lo que le rodeaba. La terapia, además de cara, fue larga. Y finalizó con su desplazamiento a una granja en Salamanca, donde comenzó a trabajar en faenas del campo. Rafael acabó marginado de su medio natural y, desde entonces, se acerca a Madrid exclusivamente a vender patés de elaboración casera que fabrica en la granja.

-Al menos no ha seguido por donde iba. Si no se le coge a tiempo y se le aplica un tratamiento adecuado, mi hijo estaría ahora muerto o sería un delincuente. Sé que he optado por una solución privilegiada, la del tratamiento individual y privado, pero cualquiera habría tomado la misma decisión en mi lugar si hubiera podido hacerlo. La solución no ha sido la mejor, pero al menos no ha continuado por donde parecía inevitable que siquiera.

Rafael habla de su aventura con estupor. No sabe explicar por qué se fue más que con vagos argumentos. Tampoco recuerda su etapa de viaje con especial interés. No había alicientes especiales. Solamente estaba allí con aquella gente, de la que ni siquiera se siente amigo ni se sintió nunca muy próximo. Recuerda con naturalidad cómo descerrajaban las cabinas de teléfono para conseguir dinero, cómo se alimentaba prácticamente nada más que de alcohol, vino normalmente; cómo era fácil conseguir las anfetas, cómo se pasaban las horas :sin cruzar palabra con los demás compañeros. Sólo se exalta casi imperceptiblemente cuando habla de la decisión de la Telefónica de no reparar las cabinas destrozadas. Entrado el verano, ya no había manera de conseguir dinero. Aquello se le ha convertido en un sueño para el que no tiene una valoración moral. El estaba allí y le pasó todo aquello. Luego le trataron y vive en la granja. Es todo.

SALUD Y PRIVILEGIO

-Yo creo en la salud pública como único remedio -señala el doctor Pedreira-. No sólo porque piense que es mejor en general, y ahí está el caso de la intoxicación por aceite de colza, terreno en el que no se ha querido meter ni un médico privado, sino porque es la única accesible para la mayoría de la población. La mayor parte de los casos que nos vienen no son de familias marginadas, sino de gente de la clase trabajadora o de la clase media baja. Son niños con problemas psíquicos que pueden suceder en casi todas las familias, y, curiosamente, la sanidad española sigue considerando la asistencia psiquiátrica casi como si se tratara de un lujo.

Acabada la jornada de trabajo, los psiquiatras se dirigen agotados a comer. El almuerzo transcurre como si se tratara de una sesión de terapia de grupo. Se analizan unos a otros como si todos fueran pacientes.

-Es que estamos a tope de posibilidades. Hacemos lo que podemos, pero podemos poco porque no hay medios. Sabemos que los niños que tenemos entre las manos pueden acabar de cualquier manera debido a esta situación.

Y se repite, entre irónica y desesperanzada, la pesimista conclusión: Hacemos diagnósticos muy brillantes, muy brillantes. Y después no podemos hacer casi nada.

LOS ANIMALES Y SU SALUD: PERROS DE SERVICIO

LOS ANIMALES Y SU SALUD: PERROS DE SERVICIO

El paciente con mal de Parkinson y partidario Peter Morabito sigue pugnando por una cura. Los amigos y miembros de su familia condujeron al dentista retirado de Washington, DC, para hablar de los compromisos y los encuentros con investigadores en el Instituto Nacional de Salud. Caminar le representa un reto extraordinario, pero Niles, su Gran Danés de un año de edad, le proporciona soporte físico y confianza, proporcionando a Morabito autonomía para defender la causa.

"Con un bastón en una mano y mi perro en la otra, puedo andar. Puedo de hecho caminar," dice Morabito. "Tener un perro de servicio libera el tiempo de los que te cuidan. Ahora te puedes mover."

Durante miles de años, las personas han confiado en los perros para cazar, como compañía, supervivencia y protección. Pero en el último siglo, las personas han solicitado a los perros para ayudar a aquellos que están lidiando con numerosas enfermedades. Los perros entrenados formalmente han guiado a los estadounidenses con ceguera por más de 70 años, y se les ha enseñado a alertar a la gente con problemas auditivos con sonidos como el timbre de la puerta o la alarma del reloj desde la década de 1960. Ahora, los perros ayudan a los que sufren mal de Alzheimer y Parkinson, y algunos son usados inclusive para detectar y prevenir ataques de apoplejía antes de que estos sucedan. Pero quizás el mejor regalo que estos animales pueden proporcionar a sus dueños, es una renovada independencia y la mejorada habilidad de vivir y trabajar en nuestro mundo moderno.

INDEPENDENCIA RENOVADA

Observar a un ser querido con problemas de memoria para asegurarse de que éste no deambule por las calles o encienda la estufa, permite a las personas que los cuidan algo de tiempo para algo más. Pero, en Floral City, Florida, Sue Wardach disfruta cuidando el jardín y de dormir profundamente, sabiendo que su golden retriever, Rudy, le avisará si su madre de 80 años de edad que padece de Alzheimer se empieza a mover.

"Yo puedo de cierta manera llevar una vida normal y salir fuera," dice Wardach. "Rudy le ha dado a mamá algo de independencia, al ser como un ojo vigilante, y ha reducido el nivel de estrés de toda la familia." Además, la presencia de Rudy muy a menudo elimina las situaciones estresantes y le da a Wardach una oportunidad de dejar el cuarto y contar hasta 10. "Mamá ha sido capaz de permanecer conmigo un poco más, en lugar de haberla llevado a un asilo," dice Wardach.

Niles también le da a Peter Morabito que ha tenido mal de Parkinson durante 15 años una independencia renovada. El mal de Parkinson provoca con frecuencia que los pacientes "se queden paralizados" o se dejen de mover. Niles ha aprendido a tocar el pie de Morabito para quitarle la parálisis. El también está preparado y proporciona un contrapeso para prevenir las caídas y si llega a suceder una, se para con firmeza y le permite a Morabito utilizarlo como soporte para subir y ponerse de pie nuevamente. "Niles sabe si estoy arrastrando mi pie o no estoy caminando bien, y él se detiene y se asegura de que vuelva a caminar bien otra vez," explica Morabito. "Me puedo recargar en él, y no se vence. El me aguanta."

LO QUE MUESTRA LA INVESTIGACIÓN

Numerosos estudios han demostrado que el servicio y la compañía de los animales pueden mejorar la salud física y mental. Por ejemplo, un estudio en el Journal of the American Medical Association reportó los resultados de un estudio controlado y aleatorio, mostrando como los perros de servicio ayudaron a las personas con discapacidades para caminar. Después de que los participantes recibieron a los perros, su autoestima aumentó, y la necesidad de ayuda por parte su familia y de los cuidadores a sueldo disminuyó 64% y 68%, respectivamente."Los beneficios de salud son destacados, así como la sensación de independencia y confianza," dice Tamara Whitehall, coordinadora del programa para la Delta Society National Service Dog Center. Ella explica que una vez que una persona tiene un animal de servicio, muy a menudo la persona es capaz de volver a trabajar. Los perros de servicio pueden proporcionar tanto al dueño como a los miembros de la familia una independencia renovada.

LO QUE LOS PERROS DE SERVICIO PUEDEN HACER

Hoy en día, más de 100 organizaciones alrededor del mundo entrenan perros para ayudar a las personas con una amplia variedad de discapacidades. Algunos animales jalan sillas de ruedas. Algunos ayudan a sus dueños a levantarse de la cama o a entrar y salir de la bañera. Otros ayudan a sus dueños a mantener el equilibrio y la coordinación cuando caminan y realizan otras actividades. Los perros de servicio han aprendido inclusive habilidades personalizadas como activar interruptores de luz, recoger objetos, transportar artículos, poner prendas en la lavadora y en la secadora y a abrir puertas.

"Los perros están encantados de estar haciendo algo para alguien," dice Donna McCaffery de Independence Dogs, una instalación que entrena perros lazarillos. "A los perros les encanta. Ellos pueden ir a todas partes con su dueño." El Acta de 1990 de americanos con Discapacidades (ADA por sus siglas en inglés) otorga a los animales de servicio acceso a lugares que de otra forma estarían fuera de los límites permitidos para los perros.

Muchas personas con discapacidades o enfermedades pueden obtener mayor independencia con la ayuda de animales de servicio. Abajo hay unos cuantos ejemplos de lo que los perros de servicio potencialmente puede hacer:

  • Avisar a las personas que son sordas o que tienen dificultades para escuchar, la presencia de otras personas o de sonidos de importancia (p.e., sirenas y alarmas, el nombre de una persona a la que le están hablando, el llanto de un niño, etc.).
  • Proporcionan ayuda con la movilidad (p.e., recuperar objetos, ayudar a una persona a equilibrarse mientras camina, llevar objetos en mochilas, dirigir a las personas que tienen discapacidades de la vista a través de obstáculos, etc.).
  • Proporcionan alivio del estrés para las personas con discapacidades mentales o emocionales.
  • Alertan a sus dueños de episodios de hipoglucemia antes de que estos tengan los síntomas, dándoles el tiempo suficiente para revisar y corregir su nivel de glucosa.
  • Ayudar a las personas que tienen mal de Parkinson al iniciar contacto corporal para interrumpir episodios de temblores o de marcha festinante.
  • Proporcionar protección durante algún ataque de apoplejía y ayudar a que la persona se vuelva a orientar y se mueva después del ataque.
  • La posibilidad de alertar a las personas y a sus cuidadores sobre ataques que se acercan, dándoles el tiempo suficiente para detener sus actividades y asumir posiciones seguras antes de que los ataques sucedan.

¿PENSANDO ACERCA DE UN PERRO DE SERVICIO?

La decisión de traer un perro de servicio a su familia puede ser muy grande y no debe ser tomada a la ligera. Rudy y Niles recibieron meses de entrenamiento especial en programas no lucrativos. Rudy en Okada, Florida, y Niles en Independence Dogs, donde ellos llegan a dominar la observación de la necesidad de sus dueños y como tomar medidas correctivas. Un entrenador evalúa la habilidad natural de cada perro y sus tendencias, basándose en esas características, entrenan al perro para conocer las necesidades específicas de su compañero humano y enseñan a la persona como comportarse con el perro y que órdenes y refuerzos utilizar.

La Delta Society proporciona información sobre los animales de servicio y los consejos para los consumidores que están considerando la adquisición de un perro. No existen estándares o regulaciones nacionales para los entrenadores. Algunos de los factores a considerar incluyen:

  • El costo. El entrenamiento puede costar hasta $15,000, pero Whitehall reporta que existen muchas posibilidades de patrocinio.
  • Cuidados. Como cualquier perro, los animales de servicio requieren de atención veterinaria, alimentación, agua, paseos y momentos de juego.
  • Amor por los animales. Los perros no son para cualquier persona, especialmente aquellos que les temen a los animales o aquellos poco dispuestos a aceptar responsabilidades de cuidados.

¿GOOGLE ESTÁ VOLVIÉNDONOS ESTÚPIDOS?

¿GOOGLE ESTÁ VOLVIÉNDONOS ESTÚPIDOS?

LO QUE INTERNET LE ESTÁ HACIENDO A NUESTROS CEREBROS - UN ARTÍCULO DE NICHOLAS CARR

"Dave, detente. Detente, ¿quieres? Detente, Dave. ¿Vas a detenerte, Dave?"

Así le suplica la súper computadora HAL al implacable astronauta Dave Bowman en una famosa y extrañamente conmovedora escena hacia el final de 2001: Una Odisea Espacial, de Stanley Kubrick. Bowman, después de casi haber sido enviado a la muerte en el espacio interplanetario por esa computadora que no funcionaba bien, está desconectando fría y calmadamente los circuitos de memoria que controlan su cerebro artificial. "Dave, mi mente se va", dice HAL con tristeza. "Puedo sentirlo. Puedo sentirlo".

Yo puedo sentirlo, también. A lo largo de los pasados años he tenido la incómoda sensación de que alguien, o algo, han estado jugando con mi cerebro, rediseñando el cableado nervioso, re-programando mi memoria. Mi mente no se va -hasta dónde puedo saber- pero está cambiando. No estoy pensando como solía hacerlo. Puedo sentirlo con más fuerza cuando estoy leyendo. Sumergirme en un libro o un artículo largo solía ser fácil. Mi mente quedaba atrapada en el argumento, en sus giros, y me pasaba horas paseando a través de largos trechos de prosa. Ya no es el caso. Ahora mi concentración a menudo empieza a derivar después de dos o tres páginas. Me pongo inquieto, pierdo el hilo, empiezo a buscar otra cosa que hacer. Siento que siempre estoy arrastrando a mi inconstante cerebro de regreso al texto. La lectura profunda que solía venir naturalmente se ha convertido en una batalla.

Creo que sé lo que está ocurriendo. Durante más de una década hasta hoy, me he pasado mucho tiempo en línea, buscando y navegando, y a veces sumando a las grandes bases de datos de Internet. La Web ha sido un regalo del cielo para mí como escritor. La investigación que en un tiempo requería días entre las pilas de periódicos, en las salas de las bibliotecas, ahora puede hacerse en minutos. Algunas búsquedas con Google, algunos clics rápidos en los enlaces, y he conseguido el hecho delator o la cita significativa que buscaba. Incluso cuando no estoy trabajando, es probable que no esté rebuscando en la espesura de información de la Web: leo y escribo correo electrónico, repaso titulares y mensajes de blog, miro vídeos y escucho podcasts, o simplemente voy de enlace a enlace. (A diferencia de las notas al pie de página, a las que a veces se enlazan, los hipervínculos no apuntan simplemente a obras relacionadas; lo propulsan hacia ellas.)

Para mí, como para otros, la Red se está convirtiendo en un medio universal, el conducto para la mayor parte de la información que fluye a través de mis ojos y oídos hacia mi mente. Las ventajas de tener un acceso inmediato a una cantidad tan increíblemente rica de información son muchas, y han sido descritas ampliamente y debidamente aplaudidas. "La perfecta convocatoria de la memoria de silicio puede ser un enorme beneficio al pensamiento", escribió Clive Thompson de Wired. Pero ese beneficio tiene un alto precio. Como el teórico de medios de comunicación Marshall McLuhan señaló en los '60, los medios de comunicación no son exactamente canales pasivos de información. Proporcionan cosas al pensamiento, pero también dan forma al proceso de pensar. Y lo que la Red parece estar haciendo es astillar mi capacidad de concentración y meditación. Ahora mi mente espera tomar la información de la manera en que la Red la distribuye: en una corriente rápida de partículas. Alguna vez fui un buzo en el mar de las palabras. Ahora me deslizo a lo largo de la superficie como un chico sobre un jet-esquí.

No soy el único. Cuando menciono mis problemas con la lectura a amigos y conocidos -tipos de letras, la mayoría- muchos dicen que tienen experiencias similares. Cuanto más usan la Web, más tienen que esforzarse por permanecer concentrados en escritos largos. Algunos de los bloggers a quienes sigo también han comenzado a mencionar el fenómeno. Scott Karp, que escribe un blog sobre medios de comunicación en línea, recientemente confesó que ya había dejado de leer libros. "Era un literario importante en la universidad, y solía ser un voraz lector de libros", escribió. "¿Qué ocurrió?" Especula sobre la respuesta: "¿Qué sucede si hago todas mis lecturas en la Red, no tanto porque la manera en que leo haya cambiado, -por ejemplo, sólo busco la conveniencia-, sino porque mi manera de PENSAR haya cambiado?"

Bruce Friedman, que alimenta su blog con regularidad sobre el uso de las computadoras en medicina, también ha descrito cómo la Internet ha modificado sus hábitos mentales. "Sé que casi he perdido totalmente la capacidad de leer y absorber un artículo bastante largo en la Red o impreso", escribió este año. Friedman, un patólogo que ha estado mucho tiempo en el cuerpo docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan, amplió su comentario en una conversación telefónica conmigo. Su pensamiento, dijo, ha adquirido una cualidad de "staccato", refleja así la manera en que revisa rápidamente cortos pasajes de texto de muchas fuentes en línea. "Ya no puedo leer La guerra y la Paz", admitió. "He perdido la capacidad de hacerlo. Incluso un mensaje de blog de más de tres o cuatro párrafos es demasiado para mí. Lo leo por encima".

Las anécdotas solas no demuestran mucho. Y todavía aguardamos experimentos neurológicos y psicológicos a largo plazo que proveerán una imagen definitiva de cómo el uso de la Internet afecta la cognición. Pero un estudio recientemente publicado sobre los hábitos de investigación en línea, conducido por eruditos del University College London, sugiere que bien podemos estar en medio de un cambio de mar en la manera en que leemos y pensamos. Como parte del programa de investigación de cinco años, los eruditos examinaron los ingresos de computadora y documentaron el comportamiento de los visitantes a dos populares sitios de investigación, uno operado por la Biblioteca Británica y el otro por un consorcio educativo del Reino Unido, que proveen acceso a artículos de revistas, e-libros, y otras fuentes de información escrita. Descubrieron que las personas que usaban los sitios mostraban "una forma de actividad de leer por encima", saltando de una fuente a otra, y que rara vez regresaban a una fuente que ya habían visitado. Típicamente, no leían más de una o dos páginas de un artículo o libro antes de "saltar" a otro sitio. A veces guardaban un artículo largo, pero no hay evidencias de que alguna vez volvieran y realmente lo leyeran. Los autores del informe de estudio informan:

Está claro que los usuarios no están leyendo en línea en el sentido tradicional; efectivamente hay signos de que están surgiendo nuevas formas de "lectura" a medida que los usuarios "navegan" horizontalmente a través de títulos, páginas de contenido y resúmenes buscando rápidas respuestas. Casi parece que se conectan para evitar la lectura en el sentido tradicional.

Gracias a la omnipresencia del texto en la Internet, para no mencionar la popularidad del mensaje de texto en los teléfonos celulares, bien podríamos estar leyendo más hoy que en los '70 o los '80, cuando la televisión era nuestro medio preferido. Pero es un tipo diferente de lectura, y por detrás, un tipo diferente de pensamiento -quizás incluso un nuevo sentido de identidad. "No sólo somos lo que leemos", dice Maryanne Wolf, psicóloga de desarrollo en la Tufts University y autora de Proust and the Squid: The Story and Science of the Reading Brain. "Somos como leemos". Wolf se preocupa porque el estilo de lectura que promueve la Red, un estilo que pone "eficiencia" e "inmediatez" por encima de todo lo demás, pueda estar debilitando nuestra capacidad para esa clase de lectura profunda que apareció cuando una anterior tecnología, la imprenta, hizo de las largas y complejas obras en prosa un lugar común. Cuando leemos en línea, dice, tendemos a volvernos "simples descodificadores de información". Nuestra habilidad de interpretar el texto, hacer ricas conexiones mentales que se forman cuando leemos profundamente y sin distracción, permanece en gran parte desconectada.

La lectura, explica Wolf, no es una destreza instintiva para los humanos. No viene grabada en nuestros genes como la palabra. Tenemos que enseñar a nuestra mente cómo traducir los caracteres simbólicos que vemos en un lenguaje que comprendamos. Y los medios de comunicación y otras tecnologías que usamos para aprender y practicar el arte de la lectura juegan un importante papel en la formación de los circuitos nerviosos dentro del cerebro. Los experimentos demuestran que los lectores de ideogramas, como los chinos, desarrollan un cableado mental para la lectura que es muy diferente del que se encuentra en los que emplean un alfabeto como lenguaje escrito. Las diferencias se extienden a través de muchas regiones del cerebro, incluso aquellas que gobiernan funciones cognitivas esenciales, como la memoria y la interpretación de estímulos visuales y auditivos. Podemos esperar también que el cableado instalado por el uso de la Red será diferente del instalado por la lectura de libros y otras obras impresas.

Una vez, en 1882, Friedrich Nietzsche compró una máquina de escribir -una Malling-Hansen Writing Ball, para ser preciso. Su vista estaba fallando, y mantener los ojos enfocados en una página era agotador y doloroso, a menudo le provocaba dolores de cabeza. Había sido forzado a reducir sus escritos, y temía que pronto tendría que abandonarlos. La máquina de escribir lo rescató, al menos por un tiempo. Cuando logró dominar las teclas, pudo escribir con los ojos cerrados, usando sólo las puntas de los dedos. Las palabras podían fluir una vez más desde su mente hasta la página.

Pero la máquina tenía un efecto más sutil en su trabajo. Uno de los amigos de Nietzsche, un compositor, notó un cambio en su estilo. Su prosa ya seca se había vuelto aun más tensa, más telegráfica. "Quizás a través de este instrumento usted incluso se haya aficionado a una nueva expresión", escribió ese amigo en una carta, señalando que, en su propio trabajo, sus "ideas" en la música y la lengua a menudo dependen de la calidad de la pluma y el papel".

"Usted tiene razón", respondió Nietzsche, "nuestro equipo de escribir toma parte en la formación de nuestras ideas". Al vaivén de la máquina, escribe Friedrich A. Kittler, erudito alemán en medios de comunicación, la prosa de Nietzsche "cambió de argumentos a aforismos, de pensamientos a juegos de palabras, de retórica a estilo telegrama".

El cerebro humano es casi infinitamente maleable. La gente solía pensar que nuestro tejido mental, las densas conexiones entre los 100 mil millones de neuronas dentro del cráneo, estaba fijo en gran parte para cuando llegamos a la adultez. Pero los investigadores del cerebro han descubierto que no es así. James Olds, profesor de neurociencias que dirige el Krasnow Institute for Advanced Study en la Universidad George Mason, dice que incluso la mente adulta "es muy plástica". Las células nerviosas rompen las conexiones viejas con regularidad y forman otras nuevas. Según Olds, "el cerebro tiene la capacidad de re-programarse en vuelo, alterando su manera de funcionar".

Cuando usamos lo que el sociólogo Daniel Bell llamara nuestras "tecnologías intelectuales" -las herramientas que extienden nuestra capacidad mental más que la física- inevitablemente empezamos a adoptar las cualidades de esas tecnologías. El reloj mecánico, que se hizo de uso común en el siglo XIV, provee un ejemplo convincente. En Technics and Civilization, el historiador y crítico cultural Lewis Mumford describió cómo el reloj "disoció el tiempo de los eventos humanos y ayudó crear la fe en un mundo independiente de secuencias matemáticamente mensurables." El "marco abstracto del tiempo dividido" se convirtió en "el punto de la referencia para la acción y el pensamiento".

El metódico tic-tac del reloj ayudó a dar a luz a la mente científica y al hombre científico. Pero también se llevó algo. Como el fallecido científico de computadora del MIT, Joseph Weizenbaum, observó en su libro de 1976, Computer Power and Human Reason: From Judgement to Calculation, la concepción del mundo que emerge del uso extendido de instrumentos con cronómetros "es una versión empobrecida de la anterior, ya que se apoya en el rechazo de esas experiencias directas que constituían la base -efectivamente- de la vieja realidad". Al decidir cuándo comer, trabajar, dormir, levantarnos, dejamos de escuchar a nuestros sentidos y empezamos a obedecer al reloj.

El proceso de adaptarnos a las nuevas tecnologías intelectuales se refleja en el cambio de las metáforas que usamos para explicarnos a nosotros mismos. Cuando llegó el reloj mecánico, las personas empezaron a pensar que su cerebro operaba "como un reloj". Hoy, en la era del software, llegamos a pensar que funciona "como una computadora". Pero los cambios están a una profundidad mayor que la metáfora, nos dice la neurociencia. Gracias a la plasticidad de nuestro cerebro, la adaptación también ocurre en un nivel biológico.

La Internet promete tener efectos particularmente trascendentales sobre la cognición. En un trabajo publicado en 1936, el matemático británico Alan Turing probó que una computadora digital, que en su tiempo sólo existía como una máquina teórica, podía ser programada para efectuar la función de cualquier otro dispositivo de procesamiento de información. Y lo estamos viendo hoy. La Internet, un inconmensurable y poderoso sistema de computadora, está subsumiendo la mayor parte de las otras tecnologías intelectuales. Se está convirtiendo en nuestro mapa y nuestro reloj, nuestra imprenta y nuestra máquina de escribir, nuestra calculadora y nuestro teléfono, y nuestra radio y TV.

Cuando la Red absorbe un medio, ese medio es recreado a la imagen de la Red. Inyecta el contenido del medio con hipervínculos, parpadean anuncios y otras baratijas digitales, y rodea el contenido con el contenido de todos los otros medios de comunicación que ha absorbido. Por ejemplo, un nuevo mensaje de correo electrónico puede anunciarse mientras estamos echando un vistazo a los recientes titulares en el sitio de un periódico. El resultado es que dispersa nuestra atención y vuelve difusa nuestra concentración.

La influencia de la Red no termina en los bordes de una pantalla de computadora, tampoco. Cuando la mente de la gente se sintoniza con la loca colcha de retazos de los medios de comunicación en Internet los medios de comunicación tradicionales tienen que adaptarse a las nuevas expectativas del público. Los programas de televisión añaden textos que gatean y anuncios emergentes, y las revistas y periódicos acortan sus artículos, presentan resúmenes, y atestan sus páginas con fragmentos de información fáciles de encontrar. Cuando en marzo de este año, The New York Times decidió dedicar la segunda y tercera página de cada edición a resúmenes de artículos, su director de diseño, Tom Bodkin, explicó que los "atajos" les darían a los lectores con prisa una rápida "probada" de las noticias del día, y les ahorraría el método "menos eficiente" de pasar las páginas y leer los artículos. Los viejos medios de comunicación tienen pocas alternativas, sólo jugar por las nuevas reglas de los medios de comunicación.

Nunca en nuestras vidas un sistema de comunicación ha jugado tantos roles -o ejercido una influencia tan amplia sobre nuestro pensamiento- como la Internet de hoy. Sin embargo, a pesar de todo lo que se ha escrito sobre la Red, hubo poca consideración de cómo, exactamente, nos está re-programando. La ética intelectual de la Red permanece a oscuras.

Más o menos en la misma época cuando Nietzsche empezaba a usar su máquina de escribir, un joven formal llamado Frederick Winslow Taylor llevó un cronómetro a la planta de acero Midvale en Filadelfia y empezó una histórica serie de experimentos que apuntaban a mejorar la eficiencia de los maquinistas de la planta. Con la aprobación de los propietarios de Midvale, reclutó a un grupo de obreros de la fábrica, los puso a trabajar en varias máquinas, y registró y midió la duración de cada movimiento, y de las operaciones en las máquinas. Desarmó cada trabajo en una secuencia de pasos pequeños discontinuos y luego probó diferentes maneras de llevar a cabo cada uno. Taylor creó un conjunto de instrucciones precisas -un "algoritmo", podríamos decir hoy- que cada trabajador debía seguir. Los empleados de Midvale se quejaron por el nuevo régimen estricto, y afirmaban que los convertía en poco más que unos autómatas, pero la productividad de la fábrica creció.

Más de cien años después de la invención de la máquina a vapor, la Revolución Industrial por fin encontró su filosofía y a su filósofo. La estricta coreografía industrial de Taylor -su "sistema", como le gustaba llamarlo- fue adoptada por los fabricantes de todo el país y, con el tiempo, de todo el mundo. Buscando máxima velocidad, máxima eficiencia y máximo producto, los propietarios de fábricas usaron estudios de tiempo-y-movimiento para organizar el trabajo y diseñar el quehacer de sus trabajadores. El objetivo, como Taylor lo definió en su célebre tratado de 1911, The Principles of Scientific Management, era identificar y adoptar, para cada tarea, el "mejor método" de trabajo, y por lo tanto llevar a cabo "la gradual sustitución de la ciencia para regular a través de todas las artes mecánicas". Taylor les aseguró a sus seguidores que cuando su sistema fuera aplicado a todos los actos de trabajo manual, provocaría una reestructuración no sólo de la industria sino también de la sociedad, creando una utopía de perfecta eficiencia. "En el pasado, el hombre estuvo primero", declaró; "en el futuro el sistema debe estar primero".

El sistema de Taylor todavía está con nosotros; permanece en la ética de la fabricación industrial. Y ahora, gracias al creciente poder que ejercen en nuestras vidas intelectuales los ingenieros en sistemas y codificadores de software, la ética de Taylor también está empezando a gobernar el reino de la mente. La Internet es una computadora diseñada para una eficiente y automática recolección, transmisión y manipulación de la información, y sus legiones de programadores están decididas a encontrar "un mejor método" -el algoritmo perfecto- para llevar cada movimiento mental de lo que hemos llegado a describir como "trabajo de conocimiento".

Las oficinas centrales de Google, en Mountain View, California -el Googleplex- es la iglesia suprema de la Internet, y la religión practicada dentro de sus paredes es el Taylorismo. Eric Schmidt, presidente ejecutivo, dice que Google es "una compañía fundada alrededor de la ciencia de la medición", y que se que esfuerza por "sistematizar todo" lo que hace. Apoyada en los terabytes de datos conductuales que recoge a través de su buscador y otros sitios, lleva a cabo miles de experimentos por día, según el Harvard Business Review, y utiliza los resultados para ajustar los algoritmos que controlan cada vez más el modo en que las personas encuentran la información y extraen su significado. Lo que Taylor hizo con el trabajo manual, Google lo hace con el trabajo mental.

La compañía ha declarado que su misión es "organizar la información mundial y hacerla universalmente accesible y útil". Busca desarrollar "el buscador perfecto", que define como algo que "comprende exactamente lo que usted quiere decir y le devuelve exactamente lo que usted quiere". En la opinión de Google, la información es una especie de mercancía, un recurso utilitario que puede ser extraído y procesado con eficiencia industrial. Cuantas más piezas de información podamos "acceder" y cuanto más rápido podamos extraer su esencia, más productivos nos volvemos como pensadores.

¿Dónde termina esto? Sergey Brin y Larry Page, los jóvenes talentosos que fundaron Google mientras buscaban títulos doctorales en ciencia informática en Stanford, hablan frecuentemente de su deseo de convertir su buscador en una inteligencia artificial, una computadora al estilo HAL que pueda estar conectada directamente a nuestro cerebro. "El buscador final es algo tan inteligente como una persona -o más inteligente", dijo Page en un discurso hace algunos años. "Para nosotros, trabajar en búsqueda es una manera de trabajar en inteligencia artificial". En una entrevista de 2004 con Newsweek, Brin dijo, "Indudablemente, si tuviera toda la información del mundo directamente pegada al cerebro, o un cerebro artificial que fuera más inteligente que el suyo, estaría mucho mejor". El año pasado, Page le dijo a una convención de científicos que Google estaba "realmente tratando de construir inteligencia artificial y a gran escala".

Una ambición así es natural, incluso admirable, para un par de genios matemáticos con inmensas cantidades de efectivo a su disposición y una pequeña legión de científicos de computadora trabajando para ellos. Como empresa fundamentalmente científica, Google está motivada por el deseo de usar la tecnología, según palabras de Eric Schmidt, "para solucionar los problemas que nunca fueron resueltos antes", y la inteligencia artificial es el problema más difícil. ¿Por qué no querrían Brin y Page ser los que lo logren?

Sin embargo, su fácil suposición de que todos "estaríamos mucho mejor" si nuestros cerebros fueran complementados, o aun reemplazados, por una inteligencia artificial es inquietante. Sugiere la creencia de que la inteligencia es el producto de un proceso mecánico, una serie de pasos discontinuos que pueden ser aislados, medidos y optimizados. En el mundo Google, el mundo donde entramos cuando nos conectamos, hay poco lugar para eso borroso que es la contemplación. La ambigüedad no es una apertura a la penetración sino un defecto a ser arreglado. El cerebro humano es una computadora anticuada que necesita un procesador más rápido y un disco duro más grande.

La idea de que nuestra mente debería operar como una computadora de procesamiento de datos de alta velocidad no sólo se basa en el funcionamiento de la Internet, es también el modelo de empresa que reina en la Red. Cuanto más rápido navegamos a través de la Web -cuantos más enlaces pinchemos y páginas veamos- más oportunidades ganan Google y otras compañías de recoger información sobre nosotros y de alimentarnos con anuncios. La mayoría de los propietarios en la Internet comercial tienen interés financiero de recoger las migajas de datos que dejamos atrás mientras revoloteamos de enlace a enlace -cuantas más migajas, mejor. Lo último que estas compañías quieren es apoyar la lectura ociosa, o el pensamiento lento y concentrado. Es de su interés económico llevarnos a la distracción.

Tal vez me preocupo demasiado. Tal como hay una tendencia a glorificar el progreso tecnológico, hay una contra-tendencia a esperar lo peor de cada nueva herramienta o máquina. En el Phaedrus de Platón, Sócrates se lamentaba del desarrollo de la escritura. Temía que, a medida que las personas confiaran en la palabra escrita como un sustituto del conocimiento que solían llevar dentro de su cabeza, en las palabras de uno de los personajes del diálogo, "dejarían de ejercitar su memoria y se volverían olvidadizas". Y porque podrían "recibir una cantidad de información sin la correcta instrucción", "se creerían muy entendidos cuando son en su mayor parte muy ignorantes". Estarían "llenos de la presunción de la sabiduría en lugar de la real sabiduría". Sócrates no estaba equivocado -la nueva tecnología a menudo tuvo los efectos que temía- pero era miope. No podía prever las muchas maneras en que escribir y leer servirían para difundir la información, estimular nuevas ideas y ampliar el conocimiento humano (y su sabiduría).

La llegada de la imprenta de Gutenberg, en el siglo XV, instaló otra ronda de dientes rechinantes. Al italiano humanista Hieronimo Squarciafico le preocupaba que la fácil disponibilidad de libros condujera a la pereza intelectual, volviendo a los hombres "menos estudiosos" y debilitando sus mentes. Otros argumentaron que los libros impresos baratos y los periódicos socavarían la autoridad religiosa, degradaría el trabajo de eruditos y escribas, y difundiría la sedición y el libertinaje. Como señala Clay Shirky, profesor en la New York University, "La mayoría de los argumentos contra la imprenta eran correctos, incluso proféticos". Pero, otra vez, los fatalistas fueron incapaces de imaginar las innumerables bendiciones que traería la palabra impresa.

Entonces, sí, usted debe ser escéptico acerca de mi escepticismo. Quizás los que desechan las críticas a la Internet como Luditas o nostálgicos tengan razón, y de nuestras mentes hiperactivas y alimentada con datos surgirá una era dorada de descubrimientos intelectuales y sabiduría universal. Entonces, otra vez, la Red no es el alfabeto, y aunque puede reemplazar a la imprenta, produce algo totalmente diferente. Esa clase de lectura profunda que promueve una secuencia de páginas impresas es valiosa no sólo por los conocimientos que adquirimos de las palabras del autor sino por las vibraciones intelectuales que esas palabras ponen dentro de nuestra propia mente. En los tranquilos espacios abiertos por la lectura sostenida y sin distracciones de un libro, o por cualquier otro acto de contemplación, para el caso, hacemos nuestras propias asociaciones, diseñamos nuestras propias inferencias y analogías, promovemos nuestras propias ideas. La lectura profunda, como argumenta Maryanne Wolf, es indistinguible del pensamiento profundo.

Si perdemos esos espacios tranquilos, o los llenamos de "contenido", sacrificaremos algo importante no sólo en nuestra identidad sino también en nuestra cultura. En un ensayo reciente, el dramaturgo Richard Foreman describió elocuentemente lo que está en peligro:

Vengo de una tradición de cultura occidental, donde el modelo de perfección (mi modelo de perfección) era la estructura compleja, densa, con aspecto de "catedral" de una personalidad altamente educada y articulada -un hombre o una mujer que llevaban dentro una versión personalmente construida y única de toda la herencia de Occidente. [Pero ahora] veo entre nosotros (yo incluido) el reemplazo de la compleja densidad interior por un nuevo tipo de identidad -que se desarrolla bajo la presión de la sobrecarga de información y la tecnología de lo "disponible al instante".

Mientras somos drenados de nuestro "repertorio interior de densa herencia cultural", concluía Foreman, nos arriesgamos a convertirnos en "gente panqué -delgada y extendida en ancho mientras nos conectamos con esa vasta red de información a la que accedemos con la simple presión de un botón".

Me siento acosado por esa escena en 2001. Lo que la hace tan conmovedora, y tan rara, es la respuesta emocional de la computadora ante el desmontaje de su mente: su desesperación mientras se apaga un circuito tras otro, su súplica infantil al astronauta -"Puedo sentirlo. Puedo sentirlo. Tengo miedo"- y su reversión final a lo que sólo puede ser llamado un estado de inocencia. La explosión de sentimientos de HAL contrasta con la falta de emociones que caracteriza a las figuras humanas en la película, que continúan sus asuntos con una eficiencia casi robótica. Sus pensamientos y acciones se sienten preparados de antemano, como si estuvieran siguiendo los pasos de un algoritmo. En el mundo de 2001, la gente se ha vuelto tan máquina que el personaje más humano resulta ser una máquina. Ésa es la esencia de la oscura profecía de Kubrick: a medida que dependamos de las computadoras para mediar nuestro conocimiento del mundo, nuestra propia inteligencia se aplanará en una inteligencia artificial.

Fuente: The Atlantic. Aportado por Graciela Lorenzo Tillard

ESTADÍSTICAS SOBRE DROGODEPENDENCIA

ESTADÍSTICAS SOBRE DROGODEPENDENCIA

1- ¿Cuál es la sustancia más consumida por la población española?
2- ¿Ha habido en los últimos años una evolución en cuanto a los patrones de consumo?
3- ¿Ha aumentado el consumo de drogas en la última década?
4- ¿Son más consumidas las drogas legales o las ilegales?
5- ¿Cuál es la sustancia ilegal más consumida?
6- ¿Es más frecuente el consumo de una sola droga o el policonsumo?
7- ¿Cuál es la edad media de inicio del consumo?
8- ¿Cuál es el intervalo de edad en el que existe un mayor consumo de drogas?
9- ¿El consumo de drogas se asocia únicamente a la juventud?
10- ¿Cuáles son las sustancias más consumidas por los menores/adolescentes?
11- ¿Se ha equiparado el consumo de sustancias entre mujeres y hombres?
12- ¿El consumo de drogas es más frecuente en clases sociales desfavorecidas?
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1- ¿Cuál es la sustancia más consumida por la población española?
La droga más consumida por los españoles es el alcohol. En 1999 el colectivo que con mayor frecuencia se embriagaba eran los jóvenes entre 20 y 24 años y alrededor de un millón de españoles bebía en exceso los días laborables. Entre los escolares se encuentra generalizado el consumo de alcohol, especialmente los fines de semana, destacando así mismo, el aumento entre 1995 a 1999 del uso de alcohol entre el colectivo de las mujeres más jóvenes (de 15 a 19 años).

2- ¿Ha habido en los últimos años una evolución en cuanto a los patrones de consumo?
Si, han variado las formas, frecuencias, cantidades y situaciones de consumo, así como las sustancias que se consumen.
Se ha producido una oferta más variada de sustancias y ha variado la situación sobre la percepción de las personas consumidoras y/o dependientes. Ya no se asocia la drogodependencia, de forma generalizada, a individuos marginados sino a aquellos socialmente integrados.

3- ¿Ha aumentado el consumo de drogas en la última década?
En la última década el fenómeno del consumo ha ido evolucionando. Ha disminuido en términos absolutos el consumo de alcohol, tabaco y heroína, pero ha aumentado el consumo de cocaína, drogas de síntesis (en todos los rangos de edad y especialmente entre varones) y el de los derivados del cannabis (sobre todo en jóvenes de 14 a 18 años).

4- ¿Son más consumidas las drogas legales o las ilegales?
Las drogas legales, alcohol y tabaco, fueron, en 1999, las sustancias más consumidas entre la población española Un 32,6% de la población española entre 15 y 65 años fumaba tabaco a diario, siendo mayor este consumo entre los varones (37,1%) que entre las mujeres (28,1%) En cuanto al consumo de alcohol, los consumidores diarios llegaron al 13,7%, sobresaliendo el consumo en el último mes entre las jóvenes de 15 a 19 años, consumo que se ha incrementado desde 1995 del 37,7% al 50,9% en 1999.

5- ¿Cuál es la sustancia ilegal más consumida?
El cannabis, especialmente en su variedad de resina (hachís), era la sustancia ilegal más consumida por la población española en 1999. El 1,1% de la población española de 15 a 65 años consumía cannabis a diario y el 19,5% lo había hecho alguna vez. Tras el cannabis se sitúa el consumo de cocaína, aumentando en los últimos años el porcentaje de consumidores regulares. El mayor número de consumidores se da entre los 20 y los 24 años, y entre los 15 y los 19 años consumen más las mujeres que los varones.

6- ¿Es más frecuente el consumo de una sola droga o el policonsumo?
Entre los consumidores habituales de drogas es más frecuente el policonsumo. Generalmente se consumen drogas legales acompañadas de una o varias drogas ilegales aunque las combinaciones posibles son muy numerosas bien por utilizar drogas que contrarrestan sus efectos (por ejemplo alcohol y cocaína) o bien por utilizar sustancias que aumentan sus efectos sobre el Sistema Nervioso Central (por ejemplo la cocaína y el éxtasis).

7- ¿Cuál es la edad media de inicio del consumo?
La edad media de inicio de consumo es distinta para cada una de las sustancias. El alcohol y el tabaco se sitúan entre las sustancias donde el inicio del consumo es más precoz, en torno a los 13 años. Tras ellas, se sitúa el consumo de cannabis con una edad media de inicio en el consumo alrededor de los 15 años. A partir de los 15 años se inician los consumos de estimulantes como la cocaína o anfetaminas, alucinógenos como el LSD, drogas de síntesis como el éxtasis y opiáceos como la heroína.

8- ¿Cuál es el intervalo de edad en el que existe un mayor consumo de drogas?
El intervalo de edad donde mayor consumo de sustancias se produce es el de 20-24 años. En estas edades se realiza un consumo frecuente y abundante de drogas legales e ilegales. En edades anteriores comienzan a iniciarse los consumos y en edades posteriores tienden a reducirse significativamente los mismos, quedando un porcentaje residual de consumidores y/o drogodependientes.

9- ¿El consumo de drogas se asocia únicamente a la juventud?
No. El consumo de drogas se encuentra extendido a todos los intervalos de edad. La edad es uno de los posibles factores de riesgo en relación con el consumo de drogas, pero no es el único ni el más importante. Es preciso tener presente, sin embargo, que la mayoría de los drogodependientes comenzaron a consumir a edades tempranas, mantenido sus consumos hasta desencadenar una adicción.

10- ¿Cuáles son las sustancias más consumidas por los menores/adolescentes?
Las sustancias más consumidas por este colectivo son las drogas legales: alcohol y tabaco, junto con el cannabis. A medida que avanzamos en edad y poder adquisitivo el consumo de drogas ilegales como el éxtasis o la cocaína aumenta entre los jóvenes.

11- ¿Se ha equiparado el consumo de sustancias entre mujeres y hombres?
La tendencia en los últimos años es la progresiva equiparación entre hombres y mujeres, siendo más acusada en los consumos de sustancias legales. Según datos del 2000, en relación con el cannabis, hay un descenso del consumo en los varones y un aumento en las mujeres. Por su parte, la cocaína y las drogas de síntesis continúan siendo consumidas en un mayor porcentaje global por los varones aunque de 15 a 19 años son las chicas las que consumen alguna vez la sustancia con mayor frecuencia.

12- ¿El consumo de drogas es más frecuente en clases sociales desfavorecidas?
El consumo de drogas se encuentra extendido a todas las clases sociales, sin que exista una primacía del consumo en las clases sociales más desfavorecidas. En las últimas décadas se ha extendido el consumo de sustancias socialmente no aceptadas afectando, de alguna manera, a todos los estratos sociales. Generalmente, los problemas de integración de algunos drogodependientes surgen posteriormente a la adicción y no antes.

Fuente: estos datos están obtenidos de las Encuestas Domiciliarias sobre Consumos de Drogas de 1995, 1997 y 1999 (población general de 15 a 65 años) y de la Encuesta a la Población Escolar del año 2000 (escolares de 14 a 18 años), todas ellas realizadas bajo la iniciativa de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.

PROGRAMAS INFORMÁTICOS PARA SORDOS

PROGRAMAS INFORMÁTICOS PARA SORDOS

EL USO DE DETERMINADOS PROGRAMAS FAVORECE EN EL NIÑO:

Las tareas de resolución de problemas.
Enseña a planificar.
Descubrimiento de estrategias de resolución de problemas.
Desarrollo de estrategias de procesamiento de la información.
Desarrollo de habilidades de planificación.

Favorece el aprendizaje de técnicas de búsqueda y de detección de errores.
Favorece que el usuario tenga la sensación de progreso.
Incita al aprendizaje.

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En la intervención de la deficiencia auditiva se han venido creando y utilizando cada vez en mayor número, una serie de recursos informáticos que se convierten en herramientas fundamentales para el desarrollo y la mejora del habla y del lenguaje. Los distintos recursos que se describen van a potenciar, el desarrollo de procesos psicológicos básicos: atención, percepción, memoria y motivación. Con el uso de los mismos, se podrá mejorar de forma específica la adquisición del lenguaje oral y escrito por parte de la persona sorda. Dentro del amplio elenco de recursos que están a disposición de los reeducadores, la informática ofrece múltiples posibilidades. En la actualidad existen multitud de aplicaciones específicas para la reeducación de determinados trastornos del lenguaje y para la educación de deficientes auditivos. Muchos de estos programas responden a necesidades concretas tales como potenciar determinados aspectos semánticos, uso de reglas gramaticales, mejora de la articulación a través de visualizadores fonéticos, etc. La utilización del ordenador supone un amplio mundo de posibilidades en expansión que debemos contemplar y desarrollar, porque la informática ha abierto las puertas a la aparición de un interlocutor diferente de los tradicionales, de cuya potencialidad apenas se conoce una pequeña parte.
No obstante, el especialista deberá conocer qué tipo de equipo y qué programas informáticos puede servirle en cada caso particular. La informática aportará al profesional grandes ventajas, tales como desarrollar procesos interactivos distintos a la interacción humana natural, pero sólo en manos del reeducador los programas informáticos serán de utilidad. Por esta razón se reflejarán tantos programas creados específicamente para niños con esta deficiencia como otros programas que, sin estar concebidos en principio para este fin, ofrecen prestaciones y características que permiten su utilización para la reeducación de deficientes auditivos.
La informática está en constante cambio y crecimiento, lo que supone la continua aparición de nuevos programas que ofrecen nuevas y, en ocasiones, valiosas prestaciones. Será trabajo de cada profesional decidir qué programa informático aplicar para el caso concreto con el que debe trabajar, y no aplicar sin más el más novedoso, atractivo o asequible. Previamente se debe realizar una evaluación del programa elegido, considerar su utilidad y, en caso de aplicación, realizar una evaluación final de su eficacia en el contexto en el que ha sido empleado.

EL 18% DE LOS ESPAÑOLES ES VOLUNTARIO FRENTE AL 34% DE MEDIA EN LA UE

EL 18% DE LOS ESPAÑOLES ES VOLUNTARIO FRENTE AL 34% DE MEDIA EN LA UE

Se estima que el 18% de las personas que viven en España son voluntarias, un papel que en países como Austria, Holanda o Alemania desempeña más de la mitad de la población y que en toda la UE juegan, de media, el 34% de los ciudadanos. Así lo pone de manifiesto un estudio realizado en España a instancias del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, presentado este martes (1-2-2011), con motivo de la inauguración en este país del Año Europeo del Voluntariado.                                                El trabajo, titulado ’Diagnóstico del Voluntariado en España’, toma a su vez como fuentes estudios nacionales y europeos que evidencian, entre otros aspectos, que España se sitúa en el grupo de países con menor participación voluntaria.

Concretamente, el informe presentado este martes, coloca a España a la cola de Europa en cuanto a participación solidaria al situar sólo por detrás a Hungría, con el 17% de su población implicada en tareas de voluntariado, Polonia (16%), Portugal (12%), Lituania (11%) y Bulgaria (10%).             En el lado opuesto, es decir, en la cumbre de los estados con un porcentaje más elevado de su población dedicada a labores de voluntariado, aparecen Austria (60%), Holanda (55%) y Alemania (52%).

El informe señala, además, que el voluntariado "es ciertamente un fenómeno más tardío aquí (en España) que en otros países", aunque se ha "incrementado muy considerablemente en la última década", y apunta también que está caracterizado "por la alta fragmentación de organizaciones y estructuras" que lo cobijan.

EL PERRO ES CAPAZ DE DETECTAR EL CÁNCER DE COLON EN EL ALIENTO Y HECES DEL ENFERMO

EL PERRO ES CAPAZ DE DETECTAR EL CÁNCER DE COLON EN EL ALIENTO Y HECES DEL ENFERMO

A este paso, los oncólogos van a tener que pasar consulta con uno o varios perros a su lado. O no lo harán, pero podrían, porque estos animales han demostrado que, si se les entrena bien, son capaces de detectar el cáncer en personas. Lo ha hecho un labrador de la Universidad de Kyushu, en Fukuoka (Japón), que ha identificado qué muestras de aliento y heces corresponden a pacientes con cáncer colorrectal. Los resultados los publica hoy la revista Gut (Intestino en inglés), del grupo del British Medical Journal.

Para el ensayo se contó con muestras de 48 personas con cáncer de colon y otras 258 sanas o que ya lo habían superado. Entre los enfermos, los había que estaban en un estado inicial, y otros ya en una situación avanzada.

El animal tuvo que superar 74 tandas de pruebas, en cada una de las cuales tenía que identificar, de cinco muestras, cuál era la de la persona con cáncer. Y salió muy bien parado. Cuando se le presentaron las heces, acertó en 37 de 38 casos. Cuando se usó el aliento exhalado, identificó 33 de 36. Estas tasas de acierto, por encima del 95%, son comparables a la de la prueba convencional para detectar este tipo de tumores, que consiste en hacer una colonoscopia para identificar las lesiones, indican los autores del ensayo, algo que, sin duda, es mucho más molesto para el paciente.

Ya en 2006 hubo un caso de un perro capaz de oler el cáncer de mama y de colon, y antes con melanoma, lo que confirma que hay una capacidad ahí por potenciar. Pero más que eso (la imagen de un paciente siendo olisqueado por una jauría de perros, cada uno especializado en un tumor, no se va a producir nunca), este ensayo afianza dos ideas.

La primera es que las células cancerígenas emiten señales bioquímicas que se pueden recoger fuera del paciente. Ahora falta identificarlas (no se sabe qué huele el perro). Esto ayudaría a una detección sencilla de los tumores. La segunda es que, con un aparato con la sensibilidad de la nariz de un perro, se podrá avanzar hacia el diagnóstico precoz.

Fuente: El Pais.com