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solidaridad2010

ATENCION A UNIDADES DE CONVIVENCIA

REPORTAJE: NIÑOS PSIQUIATRIZADOS ( AÑO 1982).

REPORTAJE: NIÑOS PSIQUIATRIZADOS ( AÑO 1982).

CARNE DE CAÑÓN. JORGE MARTINEZ REVERTE 14/03/1982

Miles de niños españoles padecen trastornos psiquiátricos graves. Son niños que, por dejadez de la Administración, se ven abocados a la marginación, la delincuencia e incluso al suicidio. No es el tópico del niño suburbial que aprende a ser delincuente en el barrio, sino la situación de muchos hijos de familias medias que no son atendidos de manera adecuada. José María G. A. acude a la consulta acompañado por una pariente cercana y la asistente social. Es delgado, algo corto de estatura para su edad, y de él sólo destaca la viveza de unos ojos oscuros que escrutan todo lo que se mueve a su alrededor.

José María ya no pinta nada en el gran hospital de la Seguridad Social al que le llevaron después de que intentara suicidarse por tercera vez en pocos meses. En el gran hospital ya no pueden hacer nada por él, no tienen los medios adecuados para tratar a un niño al que se le han curado todos sus problemas orgánicos. Tendría incluso que haber abandonado antes la clínica, pero al enterarse de su traslado se tomó un frasco entero de un medicamento tóxico y hubo que proceder a un nuevo lavado de estómago.

El psiquiatra dice que son imprescindibles dos cosas para abordar el tratamiento: no puede volver a su casa y debe acudir a un par de sesiones semanales de terapia. El doctor se ocupa de gestionar con grandes dificultades una plaza de internado en el colegio de San Fernando. El curso escolar está a la mitad, y es difícil conseguir la admisión. En casa de su madre le esperarían nuevos intentos de suicidio. Su hermano mayor está internado en el Psiquiátrico que lleva el nombre del general Alonso Vega, porque también ha intentado el suicidio. Antes estuvo su madre, diagnosticada como psicótica. Su hermano de diez años tiene una temprana Inclinación a aspirar los aromas del pegamento. El padre murió hace años.

SIN PELOS EN LA LENGUA

El crío está de mal humor. En el hospital se encontraba a gusto, rodeado de afecto y alejado de sus problemas cotidianos. Cuando el doctor le dice que intentará enviarle al colegio, responde con un lacónico "vete a tomar por el culo". No tiene pelos en la lengua a la hora de expresar su repulsa, como tampoco tiene reparos para aceptar delante del médico la veracidad de los datos que avalan una ejemplar biografía: ha practicado tirones, ha asaltado cabinas telefónicas y ha probado casi todas las drogas que se puede obtener en el mercado libre de Vallecas.

-Quita, que sólo quieres llamar la atención -le dice la asistenta social, con tono cariñoso, al sorprenderle.

El psiquiatra explica después con más pormenores esta apreciación: Que lo haga por llamar la atención no resta importancia al hecho. En una de éstas lo consigue. Si no se logra algún avance, José María tiene dos posibilidades: suicidarse o convertirse en un delincuente.

Y cita, para evitar cualquier suspicacia, unos contundentes datos elaborados por el doctor Carlos Cobo, jefe de la sección de Psiquiatría Infantil de la clínica La Paz. Sólo en tres años y medio se recibieron 31 intentos de suicidio de menores de quince años en un hospital de Madrid. De esos 31 casos, 28 correspondían al sexo femenino. Doce niños menores de quince años conseguirían sus propósitos en 1978. El psiquiatra rechaza las brillantes teorías que corren por las tertulias de café: Hay más suicidios en el campo que en la ciudad. Y por métodos muy crueles. Sobre todo, por ahorcamiento. En las ciudades se suele recurrir a la ingestión de medicamentos, método menos doloroso y muy asequible, dada la enorme cantidad de fármacos que acumulan las familias españolas.

José María puede reventar por sí solo las estadísticas de actos suicidarlos. Una semana después de su visita comenzará la terapia en un centro en el que un escaso número de psiquiatras y psicólogos han de hacer frente a una masiva presencia infantil, en un acto que tiene más de voluntarista que de asistencia planificada.

Los padres juzgan: El jefe de la sección de Psiquiatría Infantil del Hospital del Niño Jesús, el doctor José Luis Pedreira, no muestra un panorama muy halagüeño: No tenemos medios. El sistema sanitario español no se toma en serio la psiquiatría en general, desprecia la psiquiatría infantil e ignora absolutamente los problemas psiquiátricos de los adolescentes. La ley prohíbe en España el internamiento en centros psiquiátricos de los menores de dieciocho años. Hasta los catorce hay una asistencia que depende de lo que decidan los padres, y entre los catorce y los dieciocho no existe nada.

La conclusión es evidente: José María va al psiquiatra porque está enfermo, pero José María puede dejar de acudir el mismo día en que su madre decida que ya no tiene por qué ir. El médico no tiene voto en esta cuestión. El doctor Pedreira lo expresa muy gráficamente: Si un crío está alterado, se produce una demanda familiar, con la esperanza de que se pueda solucionar el tema. Pero como la psiquiatría está en España adscrita a servicios pediátricos, se practica en servicios consultores, sin espacio físico ni medios de personal. Entonces llegamos a diagnósticos muy brillantes, pero rara vez podemos poner un tratamiento adecuado. Es como si alguien va a un médico y éste le diagnostica una infección urinaria y le dice: "Tiene usted una infección, váyase a casa".

Enfermedad social: No son mejores las perspectivas de Ana F., también de doce años de edad, aunque muy desarrollada físicamente. Ana comenzó a ir a la consulta porque su madre se preocupó. La niña fumaba demasiado y registraba numerosas faltas en el colegio.

Ana no piensa que la molestia tenga sentido: "Estoy aquí porque me han traído mis padres". No suele hablar mucho más. Adopta una actitud displicente ante el tratamiento y suele escuchar al médico con escasa atención. Las manos en el bolsillo de la cazadora corta y el cuerpo apoyado en la pared con desgana.

Su padre no le da importancia a lo que ocurre. Hay veces que la niña llega a casa a las doce de la noche. Hay veces que Ana no va a dormir a casa. Hay muchas veces que falta al colegio y presenta como excusa, que no le importa si alguien se la cree, el haber estado en la consulta del psiquiatra. La madre se muestra asustada y acusadora a la vez: "Va con chicos mucho mayores que ella". Y la niña responde, despectiva: -Me gustan y no son malos. -Pero es que la tocan. La tocan las tetas y ella se deja. -Me gusta.

Son chicos de veinte o más años. Algunos de ellos han sido arrestados en alguna ocasión por delitos menores, como asalto de cabinas telefónicas o hurtos. Ana insiste en que no son malos sus amigos. La madre, de forma progresiva, se asusta más y más. La premia o la castiga de forma desproporcionada y encuentra una respuesta dura y cortante: "Si no me dejas salir cuando quiera, me marcho de casa y no me vuelves a ver".

Los médicos alcanzan a comprender el problema. Como dice con ironía una y otra vez el doctor Pedreira: llegan a un diagnóstico brillante. Detrás de la actitud de Ana hay un problema de rivalidad con su hermano menor, una niña modelo. La madre se dio cuenta desde que nació la segunda hija y se volcó en la mayor de forma excesiva. El padre, un trabajador que se ve obligado a un horario nocturno, no atiende las necesidades familiares y opta por la solución de quitarle importancia a lo que sucede en casa.

-Ana necesita un tratamiento que consiste en una asistencia psicológica urgente, una asistencia que no sea represiva, aunque con límites claros. Necesita que prosiga su enseñanza, que no se la desconecte del medio y que se la integre en la familia. Aquí no podemos darle un tratamiento como el descrito.

LA DELINCUENCIA, UNA SALIDA

Una vez más, las perspectivas no pueden ser más desoladoras. El médico opina que la delincuencia es una salida más que probable. La madre de Ana ha llegado a la conclusión de que su hija se droga. Un día la arrincona, y la niña acaba por confesar que ha tenido "la droga en las manos". Nada más.

Pocos días después, recién finalizada una sesión de terapia, la niña aparenta pasar más que nunca. Pero esta vez le tiemblan las manos y tiene las pupilas contraídas. Dice que quiere ir el baño. Tarda en volver, la madre se escama y decide entrar tras ella Ahora Ana está tranquila, y la madre, alterada. Se han invertido los papeles. En el baño, todo indica que la niña se ha administrado una dosis, aunque la jeringuilla se haya perdido por el sumidero. El doctor no puede investigar más. La sesión ha terminado por ese día. Ana volverá hasta que su madre se canse de acompañarla a la consulta.

-Es una muestra perfecta de cómo una enfermedad puede desembocar en una enfermedad social -concluye el médico.

PSICOTERAPIA FAMILIAR

En el caso de Ángel B., las exigencias se rían aún mayores. En el informe clínico se señala como imprescindible para su curación la celebración de sesiones de "psicoterapia familiar si sistemática". Sólo que Ángel tiene la mala fortuna de residir en una provincia del Sur en la que no existe ningún servicio de psiquiatría infantil Su caso puede ser todavía más desesperado.

Ángel tiene diez años y presenta graves alteraciones de conducta. Es agresivo, especialmente con su padre, un hombre que presume de haberse hecho a sí mismo frente a todas las dificultades y que tuvo el generoso gesto de "regalarle" el niño a su mujer, estéril, moviendo sus buenas influencias en la Administración.

Ángel es hijo verdadero de una madre soltera de procedencia latinoamericana y tiene evidentes rasgos que delatan una mezcla racial mestiza de negro y blanco. A Ángel le llamaban el Negro en el colegio, y él comenzó a preguntar que por qué no era igual que los demás niños. Su madre adoptiva decidió darle una explicación que no le hiriera, y le fabricó una historia a la medida: ella y la madre auténtica de Ángel coincidieron en la misma habitación de clínica maternal, pero a la madre adoptiva se le murió el hijo, recién nacido. La verdadera madre de Ángel, al verla tan triste, le regaló el suyo para que no sufriera.

A partir de ese momento todo empeoró en Ángel, rodeado además por una madre sobre protectora y un padre adoptivo autoritario y despectivo. Ángel comenzó a pasar a lo que los psiquiatras llaman el acting.  Si en otros casos es más que problemática la preparación y el desarrollo de una terapéutica adecuada, en el caso de Ángel se llega casi a la desesperación. Ángel tuvo la mala suerte de residir en una provincia alejada de las misérrimas instalaciones que existen en otras capitales.

-Y lo peor -continúa el doctor Pedreira- es que la asistencia psiquiátrica no tiene por qué ser cara. Hemos hecho estudios que lo demuestran de manera palpable. Una cama de hospital les cuesta a los contribuyentes entre las 12.000 y las 18.000 pesetas diarias, casi como un hotel para millonarios mexicanos. En nuestro servicio, como en otros servicios psiquiátricos, el coste por día y enfermo ronda las seis pesetas, porque no se precisan camas de hospitalización, no se utilizan medicamentos ni instalaciones sofisticadas. Sólo hacen falta locales y una dotación de personal suficiente. Suena exagerado, pero es así: por cada día que un niño ha de ser hospitalizado a cuenta de un problema psiquiátrico, se podrían financiar 2.000 sesiones de terapia. La rentabilidad de la asistencia sanitaria en España se sigue midiendo por el número de pacientes nuevos que se tratan cada día. Y la psiquiatría es lenta. Así no vamos a ninguna parte.

 

SALIDAS PRIVADAS

Rafael D. se puede considerar afortunado. Su padre, un profesional acomodado, le costeó un tratamiento privado que dejó las finanzas de la familia prácticamente exhaustas. Partidario de la medicina pública, consideró que la asistencia que le proporcionaban a su hijo no era la idónea: "No creo que sean mejores los médicos privados, pero llegó un momento en que tuve que decidirme por una cosa o por otra. Y puse a mi hijo en manos de un psiquiatra con consulta privada". Rafael se fugó de casa a los catorce años. No volvieron a saber de él hasta cuatro meses después. Apareció en la clínica de la Seguridad Social de San Sebastián, en estado crítico, con hemorragias esofágicas y una infección generalizada.

Poco a poco se pudo reconstruir la historia. Le habían llevado hasta la clínica sus compañeros de movida. Vivió durante algún tiempo desplazándose de una ciudad a otra, sin realizar ninguna actividad en particular, acompañado por un grupo de chicos y chicas de edades similares, durmiendo al raso en las plazas públicas o en las carreteras. En esos meses probó todo tipo de drogas duras y blandas. Cuando le recogieron tenía los brazos agujereados por un buen número de picotazos, y combinaba el alcohol con las anfetaminas. Cuando las drogas de mejor calidad se les hacían más difíciles de conseguir, optaban por inyectarse una mezcla de agua potable con anfetaminas reducidas a polvo.

Desde meses antes de escaparse de casa, Rafael había ido perdiendo todo interés en los estudios. No hablaba en casa y se mantenía ajeno a lo que le rodeaba. La terapia, además de cara, fue larga. Y finalizó con su desplazamiento a una granja en Salamanca, donde comenzó a trabajar en faenas del campo. Rafael acabó marginado de su medio natural y, desde entonces, se acerca a Madrid exclusivamente a vender patés de elaboración casera que fabrica en la granja.

-Al menos no ha seguido por donde iba. Si no se le coge a tiempo y se le aplica un tratamiento adecuado, mi hijo estaría ahora muerto o sería un delincuente. Sé que he optado por una solución privilegiada, la del tratamiento individual y privado, pero cualquiera habría tomado la misma decisión en mi lugar si hubiera podido hacerlo. La solución no ha sido la mejor, pero al menos no ha continuado por donde parecía inevitable que siquiera.

Rafael habla de su aventura con estupor. No sabe explicar por qué se fue más que con vagos argumentos. Tampoco recuerda su etapa de viaje con especial interés. No había alicientes especiales. Solamente estaba allí con aquella gente, de la que ni siquiera se siente amigo ni se sintió nunca muy próximo. Recuerda con naturalidad cómo descerrajaban las cabinas de teléfono para conseguir dinero, cómo se alimentaba prácticamente nada más que de alcohol, vino normalmente; cómo era fácil conseguir las anfetas, cómo se pasaban las horas :sin cruzar palabra con los demás compañeros. Sólo se exalta casi imperceptiblemente cuando habla de la decisión de la Telefónica de no reparar las cabinas destrozadas. Entrado el verano, ya no había manera de conseguir dinero. Aquello se le ha convertido en un sueño para el que no tiene una valoración moral. El estaba allí y le pasó todo aquello. Luego le trataron y vive en la granja. Es todo.

SALUD Y PRIVILEGIO

-Yo creo en la salud pública como único remedio -señala el doctor Pedreira-. No sólo porque piense que es mejor en general, y ahí está el caso de la intoxicación por aceite de colza, terreno en el que no se ha querido meter ni un médico privado, sino porque es la única accesible para la mayoría de la población. La mayor parte de los casos que nos vienen no son de familias marginadas, sino de gente de la clase trabajadora o de la clase media baja. Son niños con problemas psíquicos que pueden suceder en casi todas las familias, y, curiosamente, la sanidad española sigue considerando la asistencia psiquiátrica casi como si se tratara de un lujo.

Acabada la jornada de trabajo, los psiquiatras se dirigen agotados a comer. El almuerzo transcurre como si se tratara de una sesión de terapia de grupo. Se analizan unos a otros como si todos fueran pacientes.

-Es que estamos a tope de posibilidades. Hacemos lo que podemos, pero podemos poco porque no hay medios. Sabemos que los niños que tenemos entre las manos pueden acabar de cualquier manera debido a esta situación.

Y se repite, entre irónica y desesperanzada, la pesimista conclusión: Hacemos diagnósticos muy brillantes, muy brillantes. Y después no podemos hacer casi nada.

ESTADÍSTICAS SOBRE DROGODEPENDENCIA

ESTADÍSTICAS SOBRE DROGODEPENDENCIA

1- ¿Cuál es la sustancia más consumida por la población española?
2- ¿Ha habido en los últimos años una evolución en cuanto a los patrones de consumo?
3- ¿Ha aumentado el consumo de drogas en la última década?
4- ¿Son más consumidas las drogas legales o las ilegales?
5- ¿Cuál es la sustancia ilegal más consumida?
6- ¿Es más frecuente el consumo de una sola droga o el policonsumo?
7- ¿Cuál es la edad media de inicio del consumo?
8- ¿Cuál es el intervalo de edad en el que existe un mayor consumo de drogas?
9- ¿El consumo de drogas se asocia únicamente a la juventud?
10- ¿Cuáles son las sustancias más consumidas por los menores/adolescentes?
11- ¿Se ha equiparado el consumo de sustancias entre mujeres y hombres?
12- ¿El consumo de drogas es más frecuente en clases sociales desfavorecidas?
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1- ¿Cuál es la sustancia más consumida por la población española?
La droga más consumida por los españoles es el alcohol. En 1999 el colectivo que con mayor frecuencia se embriagaba eran los jóvenes entre 20 y 24 años y alrededor de un millón de españoles bebía en exceso los días laborables. Entre los escolares se encuentra generalizado el consumo de alcohol, especialmente los fines de semana, destacando así mismo, el aumento entre 1995 a 1999 del uso de alcohol entre el colectivo de las mujeres más jóvenes (de 15 a 19 años).

2- ¿Ha habido en los últimos años una evolución en cuanto a los patrones de consumo?
Si, han variado las formas, frecuencias, cantidades y situaciones de consumo, así como las sustancias que se consumen.
Se ha producido una oferta más variada de sustancias y ha variado la situación sobre la percepción de las personas consumidoras y/o dependientes. Ya no se asocia la drogodependencia, de forma generalizada, a individuos marginados sino a aquellos socialmente integrados.

3- ¿Ha aumentado el consumo de drogas en la última década?
En la última década el fenómeno del consumo ha ido evolucionando. Ha disminuido en términos absolutos el consumo de alcohol, tabaco y heroína, pero ha aumentado el consumo de cocaína, drogas de síntesis (en todos los rangos de edad y especialmente entre varones) y el de los derivados del cannabis (sobre todo en jóvenes de 14 a 18 años).

4- ¿Son más consumidas las drogas legales o las ilegales?
Las drogas legales, alcohol y tabaco, fueron, en 1999, las sustancias más consumidas entre la población española Un 32,6% de la población española entre 15 y 65 años fumaba tabaco a diario, siendo mayor este consumo entre los varones (37,1%) que entre las mujeres (28,1%) En cuanto al consumo de alcohol, los consumidores diarios llegaron al 13,7%, sobresaliendo el consumo en el último mes entre las jóvenes de 15 a 19 años, consumo que se ha incrementado desde 1995 del 37,7% al 50,9% en 1999.

5- ¿Cuál es la sustancia ilegal más consumida?
El cannabis, especialmente en su variedad de resina (hachís), era la sustancia ilegal más consumida por la población española en 1999. El 1,1% de la población española de 15 a 65 años consumía cannabis a diario y el 19,5% lo había hecho alguna vez. Tras el cannabis se sitúa el consumo de cocaína, aumentando en los últimos años el porcentaje de consumidores regulares. El mayor número de consumidores se da entre los 20 y los 24 años, y entre los 15 y los 19 años consumen más las mujeres que los varones.

6- ¿Es más frecuente el consumo de una sola droga o el policonsumo?
Entre los consumidores habituales de drogas es más frecuente el policonsumo. Generalmente se consumen drogas legales acompañadas de una o varias drogas ilegales aunque las combinaciones posibles son muy numerosas bien por utilizar drogas que contrarrestan sus efectos (por ejemplo alcohol y cocaína) o bien por utilizar sustancias que aumentan sus efectos sobre el Sistema Nervioso Central (por ejemplo la cocaína y el éxtasis).

7- ¿Cuál es la edad media de inicio del consumo?
La edad media de inicio de consumo es distinta para cada una de las sustancias. El alcohol y el tabaco se sitúan entre las sustancias donde el inicio del consumo es más precoz, en torno a los 13 años. Tras ellas, se sitúa el consumo de cannabis con una edad media de inicio en el consumo alrededor de los 15 años. A partir de los 15 años se inician los consumos de estimulantes como la cocaína o anfetaminas, alucinógenos como el LSD, drogas de síntesis como el éxtasis y opiáceos como la heroína.

8- ¿Cuál es el intervalo de edad en el que existe un mayor consumo de drogas?
El intervalo de edad donde mayor consumo de sustancias se produce es el de 20-24 años. En estas edades se realiza un consumo frecuente y abundante de drogas legales e ilegales. En edades anteriores comienzan a iniciarse los consumos y en edades posteriores tienden a reducirse significativamente los mismos, quedando un porcentaje residual de consumidores y/o drogodependientes.

9- ¿El consumo de drogas se asocia únicamente a la juventud?
No. El consumo de drogas se encuentra extendido a todos los intervalos de edad. La edad es uno de los posibles factores de riesgo en relación con el consumo de drogas, pero no es el único ni el más importante. Es preciso tener presente, sin embargo, que la mayoría de los drogodependientes comenzaron a consumir a edades tempranas, mantenido sus consumos hasta desencadenar una adicción.

10- ¿Cuáles son las sustancias más consumidas por los menores/adolescentes?
Las sustancias más consumidas por este colectivo son las drogas legales: alcohol y tabaco, junto con el cannabis. A medida que avanzamos en edad y poder adquisitivo el consumo de drogas ilegales como el éxtasis o la cocaína aumenta entre los jóvenes.

11- ¿Se ha equiparado el consumo de sustancias entre mujeres y hombres?
La tendencia en los últimos años es la progresiva equiparación entre hombres y mujeres, siendo más acusada en los consumos de sustancias legales. Según datos del 2000, en relación con el cannabis, hay un descenso del consumo en los varones y un aumento en las mujeres. Por su parte, la cocaína y las drogas de síntesis continúan siendo consumidas en un mayor porcentaje global por los varones aunque de 15 a 19 años son las chicas las que consumen alguna vez la sustancia con mayor frecuencia.

12- ¿El consumo de drogas es más frecuente en clases sociales desfavorecidas?
El consumo de drogas se encuentra extendido a todas las clases sociales, sin que exista una primacía del consumo en las clases sociales más desfavorecidas. En las últimas décadas se ha extendido el consumo de sustancias socialmente no aceptadas afectando, de alguna manera, a todos los estratos sociales. Generalmente, los problemas de integración de algunos drogodependientes surgen posteriormente a la adicción y no antes.

Fuente: estos datos están obtenidos de las Encuestas Domiciliarias sobre Consumos de Drogas de 1995, 1997 y 1999 (población general de 15 a 65 años) y de la Encuesta a la Población Escolar del año 2000 (escolares de 14 a 18 años), todas ellas realizadas bajo la iniciativa de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.

CIERRE DE LOS CENTROS DE ACOGIDA DE MENORES

CIERRE DE LOS CENTROS DE ACOGIDA DE MENORES

CIERRE DE LOS CENTROS DE ACOGIDA DE MENORES.

 El Senado considera necesario desalojar de los centros de menores a los niños de entre cero y seis años y ponerlos bajo la protección de familias de acogida. Este diagnóstico, que supondrá un giro radical en la situación de los menores tutelados por la Administración, cuenta con el respaldo de todos los grupos parlamentarios, y será enviado al Congreso de los Diputados el 3 de noviembre. La alternativa para estos niños son las familias de acogida o de adopción, que se convierten en figuras clave de la reforma.  El acogimiento familiar inmediato evita que el más indefenso del proceso -el menor- resulte psicológicamente dañado mientras las Administraciones hacen su trabajo o las familias biológicas pelean en los juzgados contra la Administración, o con la familia de acogida o ambas entre sí, como ha ocurrido en los casos estremecedores de la niña Piedad (Canarias) o Diego, de El Royo (Soria), o los gemelos Iván y Sara, de Dos Hermanas (Sevilla), y otros muchos, obligados a permanecer en instituciones año tras año mientras se dirime la inacabable pugna por su custodia. El fin último de la reforma es evitar que todo el tiempo empleado en burocracia no corra en contra del niño, como ocurre en la actualidad, sino mantenerle a salvo, lejos de las impersonales cunas de las instituciones. La comparecencia de la portavoz de Amnistía Internacional, del presidente de la ONG Prodeni, entre otros, y muy especialmente el exhaustivo informe del Defensor del Pueblo de 2009 sobre 27 de estos centros -elegidos al azar- han sido determinantes para la decisión de clausura. Mejor para los niños -el objetivo principal- y mejor también para las arcas públicas, ya que una plaza en familia siempre resulta más económica que una institucionalizada. La propuesta del Senado consiste en un cierre "escalonado", en el "menor tiempo posible", que afectaría en primer lugar al tramo de edad de cero a tres años y en una segunda fase, de los tres a los seis. Desde esta edad y hasta los 11 serían los siguientes en abandonar los centros, y finalmente, los casos más difíciles para la adopción o la acogida, es decir, los mayores, quienes están agrupados en más de tres hermanos, o padecen enfermedades graves o presentan serias alteraciones de conducta, sí permanecerían durante un tiempo en las instituciones, pero con la advertencia expresa de que hay que ir desmantelando las grandes instalaciones y sustituirlas por pisos u hogares tutelados, donde convivirían 6, 8 o 10 de estos niños como máximo.

PROFESIÓN: CUIDADOR DE HIJOS

Una de las recomendaciones más innovadoras del informe del Senado es la introducción en España de las familias profesionales de acogida, es decir, personas que, tras demostrar que están capacitadas y haberse sometido a los cursos de formación necesarios, tienen como "profesión" la crianza de niños desamparados con problemas añadidos de salud, emocionales o de comportamiento. Se trata de un modelo que funciona con eficacia en el mundo anglosajón, y que suele estar formado por parejas de médicos, psicólogos, pedagogos, asistentes sociales u otras profesiones relacionadas con la infancia. Aunque estas especialidades tienen preferencia, ya que se entiende que pueden ser las más adecuadas para ayudar a los menores, también pueden optar al acogimiento remunerado personas con otro tipo de trabajos siempre que superen las pruebas de aptitud. Estas familias cobran una cantidad por cada menor acogido y puede constituir su única vía de ingresos. En lugar de cuidar a los niños antes o después de ir al trabajo, como ocurre ahora, el trabajo estará en casa y consistirá precisamente en la atención directa a los menores. La recomendación siguiente de los senadores incide en la necesidad de intensificar los controles posteriores al acogimiento para evitar fraudes. Algunas comunidades autónomas ya destinan pequeñas cantidades a las familias de acogida, en algunos casos con aportaciones directas -cerca de 500 euros en el País Vasco o la Comunidad de Madrid- y en otros mediante ayuda fiscal o becas de comedor. Tampoco en este aspecto los senadores han podido obtener datos que permitan trazar el mapa español de las ayudas.

CLAVES DE LA REFORMA:

- Centros. Cierre progresivo de los centros, hasta alcanzar el acogimiento familiar de los menores de cero a seis años.

- Biología. Menor prevalencia de los derechos de las familias biológicas y más atención a los intereses del menor y a su estabilidad emocional, de acuerdo con una sentencia del Tribunal Supremo de 2009.

- Acogimiento. Campañas de captación de familias de acogida y mayor coordinación entre las comunidades autónomas tanto en los requisitos previos como en las ayudas económicas y la relación con la familia biológica.

- Educación. Flexibilizar la rigidez actual del sistema educativo en lo referente a la edad que corresponde a cada curso o la repetición de este. Reconsideración para estos niños de la norma general de repetir solo en los años pares.

- Listas únicas. Elaboración de una lista única de adoptantes, tanto nacionales como internacionales.