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solidaridad2010

CONTEXTO Y METODOLOGIA DE LA INTERVENCION SOCIAL

ESPAÑA SE ESTANCA EN LA COLA DEL GASTO SOCIAL

ESPAÑA SE ESTANCA EN LA COLA DEL GASTO SOCIAL

El país invierte en políticas sociales el 41,1% de su PIB. Ocupa el puesto 20 en la UE de los 27

DANIEL AYLLÓN MADRID 10/09/2010

España sigue empotrada en el vagón de cola de la Unión Europea (UE) en gasto social. La inversión del 41,1% del Producto Interior Bruto (PIB) en educación, sanidad, protección social y servicios públicos, entre otros, relegó al país en 2008 al puesto 20 de la Europa de los 27. La media europea fue del 46,8%, según el XIV anuario de la oficina de estadística comunitaria, Eurostat, que se presentó ayer.

Los ratios más altos los aportan los gobiernos de Suecia (53%), Francia (52,7%), Dinamarca (51,8%) y Bélgica (50%). Por detrás de España sólo quedan seis países del Este (Rumanía, Bulgaria, Eslovaquia, Estonia, Letononia y Lituania) y Luxemburgo, con tasas de entre el 39,9% y el 34,8%.

La inversión nacional en educación pública es la sexta más baja. Por sectores, el que recibe más dinero en la UE es el de protección social (ayudas a la tercera edad, la familia, la vivienda, la discapacidad o el desempleo, entre otras). La media española (13,9%) está varios puntos por debajo de la tasa media comunitaria (18,2%) y de las principales potencias continentales: Francia (21,8%), Alemania (19,7%), Italia (18,8%) y Reino Unido (15,9%). Esta falta de inversión viene de lejos. En 2001, España ocupaba el puesto 16 de 26 (aquel año Bulgaria no facilitó el indicador) en el ranking de inversión en protección social. En 2008, apenas adelantó a un país y cerró el ejercicio decimoctavo, de 27 países.

Algunos indicadores, como el de la sanidad pública, pueden llevar a engaño. A pesar de que el Gobierno invierte sólo el 6,1% del PIB en este área la media es del 6,9%, España figura desde hace años entre los primeros puestos de calidad del servicio público sanitario. Es decir, que el servicio es más eficaz, a pesar de contar con menos fondos.

A LA COLA EN EDUCACIÓN

En educación, España, con un 4,6%, sigue obteniendo su peor resultado: sólo hay cinco países con una inversión más baja. La media de los 27 es del 5,2%. En 2001, la partida destinada a educación en España era del 4,23% y también ocupaba el sexto puesto por la cola.

En los dos últimos años, el presupuesto ha aumentado hasta el 5,1% de 2010, pero los estudios de la UE aún no recogen este aumento en sus estadísticas. A pesar de ello, España continúa ocupando los últimos puestos de la OCDE en concesión de becas y las asociaciones vinculadas a la educación reclaman alcanzar el 7% del PIB. Esta tasa es la que tuvo en 2008 Dinamarca, el segundo país europeo que más invierte en educación, sólo superado por Chipre (7,8%). El gobierno sueco dedica el 53% de su PIB a políticas sociales

En el apartado de servicios públicos generales, España ocupa el decimoséptimo puesto, con una partida del 4,7% del PIB, frente a la media del 6,3% del resto de países.                           Por otra parte, el informe anual de Eurostat destaca otro ranking sobre el porcentaje de europeos de entre 25 y 64 años implicado en formación continua. Desde que la UE realizó un estudio similar, en 2003, hasta 2009, la población europea estudiante adulta ha pasado del 8,5% al 9,3%.

 

CRECE LA FORMACIÓN CONTINUA

Llama la atención la diferencia que hay entre sexos: el 10,2% de las europeas está involucrada en procesos formativos (9,1%, en 2003), frente al 8,5% de los hombres (7,9%, hace siete años). En este estudio, España se sitúa por encima de la media europea. Además, su progresión ha sido de las más destacadas, al pasar de una tasa del 4,7% al 10,4%. No obstante, queda todavía lejos de Dinamarca (31,6%), Suecia (22,2%), Finlandia (22,1%) y Reino Unido (20,1%).

¿GOOGLE ESTÁ VOLVIÉNDONOS ESTÚPIDOS?

¿GOOGLE ESTÁ VOLVIÉNDONOS ESTÚPIDOS?

LO QUE INTERNET LE ESTÁ HACIENDO A NUESTROS CEREBROS - UN ARTÍCULO DE NICHOLAS CARR

"Dave, detente. Detente, ¿quieres? Detente, Dave. ¿Vas a detenerte, Dave?"

Así le suplica la súper computadora HAL al implacable astronauta Dave Bowman en una famosa y extrañamente conmovedora escena hacia el final de 2001: Una Odisea Espacial, de Stanley Kubrick. Bowman, después de casi haber sido enviado a la muerte en el espacio interplanetario por esa computadora que no funcionaba bien, está desconectando fría y calmadamente los circuitos de memoria que controlan su cerebro artificial. "Dave, mi mente se va", dice HAL con tristeza. "Puedo sentirlo. Puedo sentirlo".

Yo puedo sentirlo, también. A lo largo de los pasados años he tenido la incómoda sensación de que alguien, o algo, han estado jugando con mi cerebro, rediseñando el cableado nervioso, re-programando mi memoria. Mi mente no se va -hasta dónde puedo saber- pero está cambiando. No estoy pensando como solía hacerlo. Puedo sentirlo con más fuerza cuando estoy leyendo. Sumergirme en un libro o un artículo largo solía ser fácil. Mi mente quedaba atrapada en el argumento, en sus giros, y me pasaba horas paseando a través de largos trechos de prosa. Ya no es el caso. Ahora mi concentración a menudo empieza a derivar después de dos o tres páginas. Me pongo inquieto, pierdo el hilo, empiezo a buscar otra cosa que hacer. Siento que siempre estoy arrastrando a mi inconstante cerebro de regreso al texto. La lectura profunda que solía venir naturalmente se ha convertido en una batalla.

Creo que sé lo que está ocurriendo. Durante más de una década hasta hoy, me he pasado mucho tiempo en línea, buscando y navegando, y a veces sumando a las grandes bases de datos de Internet. La Web ha sido un regalo del cielo para mí como escritor. La investigación que en un tiempo requería días entre las pilas de periódicos, en las salas de las bibliotecas, ahora puede hacerse en minutos. Algunas búsquedas con Google, algunos clics rápidos en los enlaces, y he conseguido el hecho delator o la cita significativa que buscaba. Incluso cuando no estoy trabajando, es probable que no esté rebuscando en la espesura de información de la Web: leo y escribo correo electrónico, repaso titulares y mensajes de blog, miro vídeos y escucho podcasts, o simplemente voy de enlace a enlace. (A diferencia de las notas al pie de página, a las que a veces se enlazan, los hipervínculos no apuntan simplemente a obras relacionadas; lo propulsan hacia ellas.)

Para mí, como para otros, la Red se está convirtiendo en un medio universal, el conducto para la mayor parte de la información que fluye a través de mis ojos y oídos hacia mi mente. Las ventajas de tener un acceso inmediato a una cantidad tan increíblemente rica de información son muchas, y han sido descritas ampliamente y debidamente aplaudidas. "La perfecta convocatoria de la memoria de silicio puede ser un enorme beneficio al pensamiento", escribió Clive Thompson de Wired. Pero ese beneficio tiene un alto precio. Como el teórico de medios de comunicación Marshall McLuhan señaló en los '60, los medios de comunicación no son exactamente canales pasivos de información. Proporcionan cosas al pensamiento, pero también dan forma al proceso de pensar. Y lo que la Red parece estar haciendo es astillar mi capacidad de concentración y meditación. Ahora mi mente espera tomar la información de la manera en que la Red la distribuye: en una corriente rápida de partículas. Alguna vez fui un buzo en el mar de las palabras. Ahora me deslizo a lo largo de la superficie como un chico sobre un jet-esquí.

No soy el único. Cuando menciono mis problemas con la lectura a amigos y conocidos -tipos de letras, la mayoría- muchos dicen que tienen experiencias similares. Cuanto más usan la Web, más tienen que esforzarse por permanecer concentrados en escritos largos. Algunos de los bloggers a quienes sigo también han comenzado a mencionar el fenómeno. Scott Karp, que escribe un blog sobre medios de comunicación en línea, recientemente confesó que ya había dejado de leer libros. "Era un literario importante en la universidad, y solía ser un voraz lector de libros", escribió. "¿Qué ocurrió?" Especula sobre la respuesta: "¿Qué sucede si hago todas mis lecturas en la Red, no tanto porque la manera en que leo haya cambiado, -por ejemplo, sólo busco la conveniencia-, sino porque mi manera de PENSAR haya cambiado?"

Bruce Friedman, que alimenta su blog con regularidad sobre el uso de las computadoras en medicina, también ha descrito cómo la Internet ha modificado sus hábitos mentales. "Sé que casi he perdido totalmente la capacidad de leer y absorber un artículo bastante largo en la Red o impreso", escribió este año. Friedman, un patólogo que ha estado mucho tiempo en el cuerpo docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan, amplió su comentario en una conversación telefónica conmigo. Su pensamiento, dijo, ha adquirido una cualidad de "staccato", refleja así la manera en que revisa rápidamente cortos pasajes de texto de muchas fuentes en línea. "Ya no puedo leer La guerra y la Paz", admitió. "He perdido la capacidad de hacerlo. Incluso un mensaje de blog de más de tres o cuatro párrafos es demasiado para mí. Lo leo por encima".

Las anécdotas solas no demuestran mucho. Y todavía aguardamos experimentos neurológicos y psicológicos a largo plazo que proveerán una imagen definitiva de cómo el uso de la Internet afecta la cognición. Pero un estudio recientemente publicado sobre los hábitos de investigación en línea, conducido por eruditos del University College London, sugiere que bien podemos estar en medio de un cambio de mar en la manera en que leemos y pensamos. Como parte del programa de investigación de cinco años, los eruditos examinaron los ingresos de computadora y documentaron el comportamiento de los visitantes a dos populares sitios de investigación, uno operado por la Biblioteca Británica y el otro por un consorcio educativo del Reino Unido, que proveen acceso a artículos de revistas, e-libros, y otras fuentes de información escrita. Descubrieron que las personas que usaban los sitios mostraban "una forma de actividad de leer por encima", saltando de una fuente a otra, y que rara vez regresaban a una fuente que ya habían visitado. Típicamente, no leían más de una o dos páginas de un artículo o libro antes de "saltar" a otro sitio. A veces guardaban un artículo largo, pero no hay evidencias de que alguna vez volvieran y realmente lo leyeran. Los autores del informe de estudio informan:

Está claro que los usuarios no están leyendo en línea en el sentido tradicional; efectivamente hay signos de que están surgiendo nuevas formas de "lectura" a medida que los usuarios "navegan" horizontalmente a través de títulos, páginas de contenido y resúmenes buscando rápidas respuestas. Casi parece que se conectan para evitar la lectura en el sentido tradicional.

Gracias a la omnipresencia del texto en la Internet, para no mencionar la popularidad del mensaje de texto en los teléfonos celulares, bien podríamos estar leyendo más hoy que en los '70 o los '80, cuando la televisión era nuestro medio preferido. Pero es un tipo diferente de lectura, y por detrás, un tipo diferente de pensamiento -quizás incluso un nuevo sentido de identidad. "No sólo somos lo que leemos", dice Maryanne Wolf, psicóloga de desarrollo en la Tufts University y autora de Proust and the Squid: The Story and Science of the Reading Brain. "Somos como leemos". Wolf se preocupa porque el estilo de lectura que promueve la Red, un estilo que pone "eficiencia" e "inmediatez" por encima de todo lo demás, pueda estar debilitando nuestra capacidad para esa clase de lectura profunda que apareció cuando una anterior tecnología, la imprenta, hizo de las largas y complejas obras en prosa un lugar común. Cuando leemos en línea, dice, tendemos a volvernos "simples descodificadores de información". Nuestra habilidad de interpretar el texto, hacer ricas conexiones mentales que se forman cuando leemos profundamente y sin distracción, permanece en gran parte desconectada.

La lectura, explica Wolf, no es una destreza instintiva para los humanos. No viene grabada en nuestros genes como la palabra. Tenemos que enseñar a nuestra mente cómo traducir los caracteres simbólicos que vemos en un lenguaje que comprendamos. Y los medios de comunicación y otras tecnologías que usamos para aprender y practicar el arte de la lectura juegan un importante papel en la formación de los circuitos nerviosos dentro del cerebro. Los experimentos demuestran que los lectores de ideogramas, como los chinos, desarrollan un cableado mental para la lectura que es muy diferente del que se encuentra en los que emplean un alfabeto como lenguaje escrito. Las diferencias se extienden a través de muchas regiones del cerebro, incluso aquellas que gobiernan funciones cognitivas esenciales, como la memoria y la interpretación de estímulos visuales y auditivos. Podemos esperar también que el cableado instalado por el uso de la Red será diferente del instalado por la lectura de libros y otras obras impresas.

Una vez, en 1882, Friedrich Nietzsche compró una máquina de escribir -una Malling-Hansen Writing Ball, para ser preciso. Su vista estaba fallando, y mantener los ojos enfocados en una página era agotador y doloroso, a menudo le provocaba dolores de cabeza. Había sido forzado a reducir sus escritos, y temía que pronto tendría que abandonarlos. La máquina de escribir lo rescató, al menos por un tiempo. Cuando logró dominar las teclas, pudo escribir con los ojos cerrados, usando sólo las puntas de los dedos. Las palabras podían fluir una vez más desde su mente hasta la página.

Pero la máquina tenía un efecto más sutil en su trabajo. Uno de los amigos de Nietzsche, un compositor, notó un cambio en su estilo. Su prosa ya seca se había vuelto aun más tensa, más telegráfica. "Quizás a través de este instrumento usted incluso se haya aficionado a una nueva expresión", escribió ese amigo en una carta, señalando que, en su propio trabajo, sus "ideas" en la música y la lengua a menudo dependen de la calidad de la pluma y el papel".

"Usted tiene razón", respondió Nietzsche, "nuestro equipo de escribir toma parte en la formación de nuestras ideas". Al vaivén de la máquina, escribe Friedrich A. Kittler, erudito alemán en medios de comunicación, la prosa de Nietzsche "cambió de argumentos a aforismos, de pensamientos a juegos de palabras, de retórica a estilo telegrama".

El cerebro humano es casi infinitamente maleable. La gente solía pensar que nuestro tejido mental, las densas conexiones entre los 100 mil millones de neuronas dentro del cráneo, estaba fijo en gran parte para cuando llegamos a la adultez. Pero los investigadores del cerebro han descubierto que no es así. James Olds, profesor de neurociencias que dirige el Krasnow Institute for Advanced Study en la Universidad George Mason, dice que incluso la mente adulta "es muy plástica". Las células nerviosas rompen las conexiones viejas con regularidad y forman otras nuevas. Según Olds, "el cerebro tiene la capacidad de re-programarse en vuelo, alterando su manera de funcionar".

Cuando usamos lo que el sociólogo Daniel Bell llamara nuestras "tecnologías intelectuales" -las herramientas que extienden nuestra capacidad mental más que la física- inevitablemente empezamos a adoptar las cualidades de esas tecnologías. El reloj mecánico, que se hizo de uso común en el siglo XIV, provee un ejemplo convincente. En Technics and Civilization, el historiador y crítico cultural Lewis Mumford describió cómo el reloj "disoció el tiempo de los eventos humanos y ayudó crear la fe en un mundo independiente de secuencias matemáticamente mensurables." El "marco abstracto del tiempo dividido" se convirtió en "el punto de la referencia para la acción y el pensamiento".

El metódico tic-tac del reloj ayudó a dar a luz a la mente científica y al hombre científico. Pero también se llevó algo. Como el fallecido científico de computadora del MIT, Joseph Weizenbaum, observó en su libro de 1976, Computer Power and Human Reason: From Judgement to Calculation, la concepción del mundo que emerge del uso extendido de instrumentos con cronómetros "es una versión empobrecida de la anterior, ya que se apoya en el rechazo de esas experiencias directas que constituían la base -efectivamente- de la vieja realidad". Al decidir cuándo comer, trabajar, dormir, levantarnos, dejamos de escuchar a nuestros sentidos y empezamos a obedecer al reloj.

El proceso de adaptarnos a las nuevas tecnologías intelectuales se refleja en el cambio de las metáforas que usamos para explicarnos a nosotros mismos. Cuando llegó el reloj mecánico, las personas empezaron a pensar que su cerebro operaba "como un reloj". Hoy, en la era del software, llegamos a pensar que funciona "como una computadora". Pero los cambios están a una profundidad mayor que la metáfora, nos dice la neurociencia. Gracias a la plasticidad de nuestro cerebro, la adaptación también ocurre en un nivel biológico.

La Internet promete tener efectos particularmente trascendentales sobre la cognición. En un trabajo publicado en 1936, el matemático británico Alan Turing probó que una computadora digital, que en su tiempo sólo existía como una máquina teórica, podía ser programada para efectuar la función de cualquier otro dispositivo de procesamiento de información. Y lo estamos viendo hoy. La Internet, un inconmensurable y poderoso sistema de computadora, está subsumiendo la mayor parte de las otras tecnologías intelectuales. Se está convirtiendo en nuestro mapa y nuestro reloj, nuestra imprenta y nuestra máquina de escribir, nuestra calculadora y nuestro teléfono, y nuestra radio y TV.

Cuando la Red absorbe un medio, ese medio es recreado a la imagen de la Red. Inyecta el contenido del medio con hipervínculos, parpadean anuncios y otras baratijas digitales, y rodea el contenido con el contenido de todos los otros medios de comunicación que ha absorbido. Por ejemplo, un nuevo mensaje de correo electrónico puede anunciarse mientras estamos echando un vistazo a los recientes titulares en el sitio de un periódico. El resultado es que dispersa nuestra atención y vuelve difusa nuestra concentración.

La influencia de la Red no termina en los bordes de una pantalla de computadora, tampoco. Cuando la mente de la gente se sintoniza con la loca colcha de retazos de los medios de comunicación en Internet los medios de comunicación tradicionales tienen que adaptarse a las nuevas expectativas del público. Los programas de televisión añaden textos que gatean y anuncios emergentes, y las revistas y periódicos acortan sus artículos, presentan resúmenes, y atestan sus páginas con fragmentos de información fáciles de encontrar. Cuando en marzo de este año, The New York Times decidió dedicar la segunda y tercera página de cada edición a resúmenes de artículos, su director de diseño, Tom Bodkin, explicó que los "atajos" les darían a los lectores con prisa una rápida "probada" de las noticias del día, y les ahorraría el método "menos eficiente" de pasar las páginas y leer los artículos. Los viejos medios de comunicación tienen pocas alternativas, sólo jugar por las nuevas reglas de los medios de comunicación.

Nunca en nuestras vidas un sistema de comunicación ha jugado tantos roles -o ejercido una influencia tan amplia sobre nuestro pensamiento- como la Internet de hoy. Sin embargo, a pesar de todo lo que se ha escrito sobre la Red, hubo poca consideración de cómo, exactamente, nos está re-programando. La ética intelectual de la Red permanece a oscuras.

Más o menos en la misma época cuando Nietzsche empezaba a usar su máquina de escribir, un joven formal llamado Frederick Winslow Taylor llevó un cronómetro a la planta de acero Midvale en Filadelfia y empezó una histórica serie de experimentos que apuntaban a mejorar la eficiencia de los maquinistas de la planta. Con la aprobación de los propietarios de Midvale, reclutó a un grupo de obreros de la fábrica, los puso a trabajar en varias máquinas, y registró y midió la duración de cada movimiento, y de las operaciones en las máquinas. Desarmó cada trabajo en una secuencia de pasos pequeños discontinuos y luego probó diferentes maneras de llevar a cabo cada uno. Taylor creó un conjunto de instrucciones precisas -un "algoritmo", podríamos decir hoy- que cada trabajador debía seguir. Los empleados de Midvale se quejaron por el nuevo régimen estricto, y afirmaban que los convertía en poco más que unos autómatas, pero la productividad de la fábrica creció.

Más de cien años después de la invención de la máquina a vapor, la Revolución Industrial por fin encontró su filosofía y a su filósofo. La estricta coreografía industrial de Taylor -su "sistema", como le gustaba llamarlo- fue adoptada por los fabricantes de todo el país y, con el tiempo, de todo el mundo. Buscando máxima velocidad, máxima eficiencia y máximo producto, los propietarios de fábricas usaron estudios de tiempo-y-movimiento para organizar el trabajo y diseñar el quehacer de sus trabajadores. El objetivo, como Taylor lo definió en su célebre tratado de 1911, The Principles of Scientific Management, era identificar y adoptar, para cada tarea, el "mejor método" de trabajo, y por lo tanto llevar a cabo "la gradual sustitución de la ciencia para regular a través de todas las artes mecánicas". Taylor les aseguró a sus seguidores que cuando su sistema fuera aplicado a todos los actos de trabajo manual, provocaría una reestructuración no sólo de la industria sino también de la sociedad, creando una utopía de perfecta eficiencia. "En el pasado, el hombre estuvo primero", declaró; "en el futuro el sistema debe estar primero".

El sistema de Taylor todavía está con nosotros; permanece en la ética de la fabricación industrial. Y ahora, gracias al creciente poder que ejercen en nuestras vidas intelectuales los ingenieros en sistemas y codificadores de software, la ética de Taylor también está empezando a gobernar el reino de la mente. La Internet es una computadora diseñada para una eficiente y automática recolección, transmisión y manipulación de la información, y sus legiones de programadores están decididas a encontrar "un mejor método" -el algoritmo perfecto- para llevar cada movimiento mental de lo que hemos llegado a describir como "trabajo de conocimiento".

Las oficinas centrales de Google, en Mountain View, California -el Googleplex- es la iglesia suprema de la Internet, y la religión practicada dentro de sus paredes es el Taylorismo. Eric Schmidt, presidente ejecutivo, dice que Google es "una compañía fundada alrededor de la ciencia de la medición", y que se que esfuerza por "sistematizar todo" lo que hace. Apoyada en los terabytes de datos conductuales que recoge a través de su buscador y otros sitios, lleva a cabo miles de experimentos por día, según el Harvard Business Review, y utiliza los resultados para ajustar los algoritmos que controlan cada vez más el modo en que las personas encuentran la información y extraen su significado. Lo que Taylor hizo con el trabajo manual, Google lo hace con el trabajo mental.

La compañía ha declarado que su misión es "organizar la información mundial y hacerla universalmente accesible y útil". Busca desarrollar "el buscador perfecto", que define como algo que "comprende exactamente lo que usted quiere decir y le devuelve exactamente lo que usted quiere". En la opinión de Google, la información es una especie de mercancía, un recurso utilitario que puede ser extraído y procesado con eficiencia industrial. Cuantas más piezas de información podamos "acceder" y cuanto más rápido podamos extraer su esencia, más productivos nos volvemos como pensadores.

¿Dónde termina esto? Sergey Brin y Larry Page, los jóvenes talentosos que fundaron Google mientras buscaban títulos doctorales en ciencia informática en Stanford, hablan frecuentemente de su deseo de convertir su buscador en una inteligencia artificial, una computadora al estilo HAL que pueda estar conectada directamente a nuestro cerebro. "El buscador final es algo tan inteligente como una persona -o más inteligente", dijo Page en un discurso hace algunos años. "Para nosotros, trabajar en búsqueda es una manera de trabajar en inteligencia artificial". En una entrevista de 2004 con Newsweek, Brin dijo, "Indudablemente, si tuviera toda la información del mundo directamente pegada al cerebro, o un cerebro artificial que fuera más inteligente que el suyo, estaría mucho mejor". El año pasado, Page le dijo a una convención de científicos que Google estaba "realmente tratando de construir inteligencia artificial y a gran escala".

Una ambición así es natural, incluso admirable, para un par de genios matemáticos con inmensas cantidades de efectivo a su disposición y una pequeña legión de científicos de computadora trabajando para ellos. Como empresa fundamentalmente científica, Google está motivada por el deseo de usar la tecnología, según palabras de Eric Schmidt, "para solucionar los problemas que nunca fueron resueltos antes", y la inteligencia artificial es el problema más difícil. ¿Por qué no querrían Brin y Page ser los que lo logren?

Sin embargo, su fácil suposición de que todos "estaríamos mucho mejor" si nuestros cerebros fueran complementados, o aun reemplazados, por una inteligencia artificial es inquietante. Sugiere la creencia de que la inteligencia es el producto de un proceso mecánico, una serie de pasos discontinuos que pueden ser aislados, medidos y optimizados. En el mundo Google, el mundo donde entramos cuando nos conectamos, hay poco lugar para eso borroso que es la contemplación. La ambigüedad no es una apertura a la penetración sino un defecto a ser arreglado. El cerebro humano es una computadora anticuada que necesita un procesador más rápido y un disco duro más grande.

La idea de que nuestra mente debería operar como una computadora de procesamiento de datos de alta velocidad no sólo se basa en el funcionamiento de la Internet, es también el modelo de empresa que reina en la Red. Cuanto más rápido navegamos a través de la Web -cuantos más enlaces pinchemos y páginas veamos- más oportunidades ganan Google y otras compañías de recoger información sobre nosotros y de alimentarnos con anuncios. La mayoría de los propietarios en la Internet comercial tienen interés financiero de recoger las migajas de datos que dejamos atrás mientras revoloteamos de enlace a enlace -cuantas más migajas, mejor. Lo último que estas compañías quieren es apoyar la lectura ociosa, o el pensamiento lento y concentrado. Es de su interés económico llevarnos a la distracción.

Tal vez me preocupo demasiado. Tal como hay una tendencia a glorificar el progreso tecnológico, hay una contra-tendencia a esperar lo peor de cada nueva herramienta o máquina. En el Phaedrus de Platón, Sócrates se lamentaba del desarrollo de la escritura. Temía que, a medida que las personas confiaran en la palabra escrita como un sustituto del conocimiento que solían llevar dentro de su cabeza, en las palabras de uno de los personajes del diálogo, "dejarían de ejercitar su memoria y se volverían olvidadizas". Y porque podrían "recibir una cantidad de información sin la correcta instrucción", "se creerían muy entendidos cuando son en su mayor parte muy ignorantes". Estarían "llenos de la presunción de la sabiduría en lugar de la real sabiduría". Sócrates no estaba equivocado -la nueva tecnología a menudo tuvo los efectos que temía- pero era miope. No podía prever las muchas maneras en que escribir y leer servirían para difundir la información, estimular nuevas ideas y ampliar el conocimiento humano (y su sabiduría).

La llegada de la imprenta de Gutenberg, en el siglo XV, instaló otra ronda de dientes rechinantes. Al italiano humanista Hieronimo Squarciafico le preocupaba que la fácil disponibilidad de libros condujera a la pereza intelectual, volviendo a los hombres "menos estudiosos" y debilitando sus mentes. Otros argumentaron que los libros impresos baratos y los periódicos socavarían la autoridad religiosa, degradaría el trabajo de eruditos y escribas, y difundiría la sedición y el libertinaje. Como señala Clay Shirky, profesor en la New York University, "La mayoría de los argumentos contra la imprenta eran correctos, incluso proféticos". Pero, otra vez, los fatalistas fueron incapaces de imaginar las innumerables bendiciones que traería la palabra impresa.

Entonces, sí, usted debe ser escéptico acerca de mi escepticismo. Quizás los que desechan las críticas a la Internet como Luditas o nostálgicos tengan razón, y de nuestras mentes hiperactivas y alimentada con datos surgirá una era dorada de descubrimientos intelectuales y sabiduría universal. Entonces, otra vez, la Red no es el alfabeto, y aunque puede reemplazar a la imprenta, produce algo totalmente diferente. Esa clase de lectura profunda que promueve una secuencia de páginas impresas es valiosa no sólo por los conocimientos que adquirimos de las palabras del autor sino por las vibraciones intelectuales que esas palabras ponen dentro de nuestra propia mente. En los tranquilos espacios abiertos por la lectura sostenida y sin distracciones de un libro, o por cualquier otro acto de contemplación, para el caso, hacemos nuestras propias asociaciones, diseñamos nuestras propias inferencias y analogías, promovemos nuestras propias ideas. La lectura profunda, como argumenta Maryanne Wolf, es indistinguible del pensamiento profundo.

Si perdemos esos espacios tranquilos, o los llenamos de "contenido", sacrificaremos algo importante no sólo en nuestra identidad sino también en nuestra cultura. En un ensayo reciente, el dramaturgo Richard Foreman describió elocuentemente lo que está en peligro:

Vengo de una tradición de cultura occidental, donde el modelo de perfección (mi modelo de perfección) era la estructura compleja, densa, con aspecto de "catedral" de una personalidad altamente educada y articulada -un hombre o una mujer que llevaban dentro una versión personalmente construida y única de toda la herencia de Occidente. [Pero ahora] veo entre nosotros (yo incluido) el reemplazo de la compleja densidad interior por un nuevo tipo de identidad -que se desarrolla bajo la presión de la sobrecarga de información y la tecnología de lo "disponible al instante".

Mientras somos drenados de nuestro "repertorio interior de densa herencia cultural", concluía Foreman, nos arriesgamos a convertirnos en "gente panqué -delgada y extendida en ancho mientras nos conectamos con esa vasta red de información a la que accedemos con la simple presión de un botón".

Me siento acosado por esa escena en 2001. Lo que la hace tan conmovedora, y tan rara, es la respuesta emocional de la computadora ante el desmontaje de su mente: su desesperación mientras se apaga un circuito tras otro, su súplica infantil al astronauta -"Puedo sentirlo. Puedo sentirlo. Tengo miedo"- y su reversión final a lo que sólo puede ser llamado un estado de inocencia. La explosión de sentimientos de HAL contrasta con la falta de emociones que caracteriza a las figuras humanas en la película, que continúan sus asuntos con una eficiencia casi robótica. Sus pensamientos y acciones se sienten preparados de antemano, como si estuvieran siguiendo los pasos de un algoritmo. En el mundo de 2001, la gente se ha vuelto tan máquina que el personaje más humano resulta ser una máquina. Ésa es la esencia de la oscura profecía de Kubrick: a medida que dependamos de las computadoras para mediar nuestro conocimiento del mundo, nuestra propia inteligencia se aplanará en una inteligencia artificial.

Fuente: The Atlantic. Aportado por Graciela Lorenzo Tillard

EL 18% DE LOS ESPAÑOLES ES VOLUNTARIO FRENTE AL 34% DE MEDIA EN LA UE

EL 18% DE LOS ESPAÑOLES ES VOLUNTARIO FRENTE AL 34% DE MEDIA EN LA UE

Se estima que el 18% de las personas que viven en España son voluntarias, un papel que en países como Austria, Holanda o Alemania desempeña más de la mitad de la población y que en toda la UE juegan, de media, el 34% de los ciudadanos. Así lo pone de manifiesto un estudio realizado en España a instancias del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, presentado este martes (1-2-2011), con motivo de la inauguración en este país del Año Europeo del Voluntariado.                                                El trabajo, titulado ’Diagnóstico del Voluntariado en España’, toma a su vez como fuentes estudios nacionales y europeos que evidencian, entre otros aspectos, que España se sitúa en el grupo de países con menor participación voluntaria.

Concretamente, el informe presentado este martes, coloca a España a la cola de Europa en cuanto a participación solidaria al situar sólo por detrás a Hungría, con el 17% de su población implicada en tareas de voluntariado, Polonia (16%), Portugal (12%), Lituania (11%) y Bulgaria (10%).             En el lado opuesto, es decir, en la cumbre de los estados con un porcentaje más elevado de su población dedicada a labores de voluntariado, aparecen Austria (60%), Holanda (55%) y Alemania (52%).

El informe señala, además, que el voluntariado "es ciertamente un fenómeno más tardío aquí (en España) que en otros países", aunque se ha "incrementado muy considerablemente en la última década", y apunta también que está caracterizado "por la alta fragmentación de organizaciones y estructuras" que lo cobijan.

CONCEPTO DE DIAGNÓSTICO.

CONCEPTO DE DIAGNÓSTICO.

Cuando hablamos de diagnóstico es necesario en primer lugar comprender el concepto, apropiarse de él y contextualizarlo al espacio determinado en que nos movemos. Así cuando hablamos de diagnóstico social nos referimos de forma especial a un tipo de diagnóstico, donde confluyen una serie de elementos y aspectos de la vida de las personas y de la realidad micro y macro social y mundial.

 

Diagnóstico se puede definir de múltiples formas y por tanto ninguna está totalmente equivocada, sin embargo un concepto de diagnóstico supone algunos elementos que le son propios entre ellos están: se hace referencia a una situación, se hace referencia a un momento histórico, se hace referencia a unas condiciones socioculturales.

 

Diagnóstico finalmente podemos definirlo como un “vídeo de la vida cotidiana” que nos permite identificar factores y situaciones que se están produciendo en un entorno determinado que llamamos espacio del diagnóstico. Este diagnóstico no determina acciones sino que el análisis de él nos permite identificar situaciones factibles de intervenir o transformar y otras en las cuales no es posible.

 

Haciendo una analogía con el diagnóstico médico, al diagnosticar un paciente es necesario no solo determinar la dolencia y el que lo provoca, sino que un análisis de los datos en su conjunto determinan los pasos a seguir.

Diagnóstico es operativamente, es decir, desde la planificación la primera etapa de toda intervención social. Ahora bien en la realidad el diagnóstico no se separa de la intervención y de las acciones dado que la sola presencia de un agente externo modifica el paisaje social y provoca cambios conductuales en las personas. La acción del diagnóstico radica en levantar, hacer evidente situaciones y aspectos que no son percibibles a simple vista y que nos entregan una visión global del entorno social donde se desarrolla la vida de las personas. Esta situación se fundamenta en la visión personal de cada uno, desde su visión identifica aspectos más o menos relevantes y por tanto todo diagnóstico debe ser compartido y revisado por más de una persona, con más de una fuente de información y manifestando de forma clara las apreciaciones personales de los datos objetivos, subjetivos e intersubjetivos.

 

Como decíamos el concepto Diagnóstico no tiene, ni puede tener una sola definición conceptual sino que su contenido radica en aspectos que debe contener. Así todo diagnóstico debe mostrar, cual vídeo, la realidad que se descubre para que cualquiera que no conozca el entorno sea capaz de visualizarlo e identificar los aspectos relevantes de los grupos o personas y pueda a partir del análisis determinar las mejores acciones. Por ello la realización de un “Buen Diagnóstico” es fundamental para el desarrollo de una buena intervención.

 

EL “BUEN DIAGNÓSTICO” DEBE SER:

EL “BUEN DIAGNÓSTICO” DEBE SER:

OBJETIVIDAD: al hablar de objetividad se entiende desde la perspectiva que toda mirada es en sí misma objetiva, no existen las miradas subjetivas desde la perspectiva del observador, sin embargo, existen algunas formas de guardar la objetividad y este camino es la intersubjetividad, que no es más que la confluencia de varias miradas subjetivas sobre un mismo fenómeno, lo que provoca apreciar una realidad global entendida desde varias visiones.

DES-PREJUICIADO: el diagnóstico y el diagnósticador no deben tener prejuicios previos, esto es la gran dificultad del diagnóstico en sí, es más fácil o pertinente hablar de unos prejuicios reconocidos y manejados. Cualquier persona frente al diagnóstico de la realidad posee prejuicios, estos prejuicios no pueden o no deben manipular su visión sino manejarlos de manera de minimizar sus efectos.

GLOBALIDAD: la globalidad no es dar cuenta de todos los elementos y aspectos de la vida, sino que sea posible vincular lo que se diagnóstica con otros aspectos, en este sentido la información levantada no debe ser tautológica, es decir, responderse a sí misma con ella misma.

NUNCA ESTA ORIENTADO: esta afirmación sin duda parece estar de más, sin embargo, existen una serie de diagnósticos que se realizan para justificar unas acciones, unos presupuestos, unos trabajos, una intervención. No se realiza un diagnóstico para justificar, se hace para orientar.

El buen diagnóstico debe considerar los aspectos relevantes y profundizar en ellos de manera de dejar de manifiesto la realidad. Por ello existen aspectos que deben considerarse a la hora de realizar un diagnóstico porque forman parte de la vida de las personas y las comunidades, estos aspectos no siempre son considerados y algunos casos pueden llevar a fracasar las acciones que se quieren llevar a cabo. Estos aspectos son relativos en todo caso, es decir, no son absolutos pero si son necesarios.

UBICACIÓN: determinar la ubicación con respecto no solo a su geografía, sino distribución interna de los equipamientos, distancia de los centros de trabajo, de los centros de toma de decisiones, como se reconoce la ubicación no es solo por calles o sectores, sino sobre todo por reconocimiento de las personas.

DESCRIPCIÓN GENERAL: la descripción general de un diagnóstico es un elemento importante, no es solo decir cuanta población, que problemas se aprecian, etc. La descripción general debe contener todo dato que parece relevante y que debe considerarse posteriormente en un apartado especial.

DATOS DE POBLACIÓN: aquí es donde se incorporan los datos respecto al número de personas, familias, grupos etáreos, nivel educacional, distribución por sexo, numero de viviendas, actividad económica predominante, y otros datos interesantes tales como etnicidad, religión...

EQUIPAMIENTO: aquí se hace una breve reseña del equipamiento con que cuenta el espacio y la población diagnosticada, esta reseña se basa en reconocer la existencia, la importancia para las personas, así como las necesidades que se cubren con este equipamiento.

ACCESIBILIDAD: la accesibilidad debe ser entendida como la posibilidad de llegar a las fuentes de información, acceder a las organizaciones, es la forma en que se es recibido e integrado o no dentro del espacio o colectivo.

ASPECTOS ECONÓMICOS: estos aspectos son relevantes dado que permiten establecer las actividades económicas en que se desempeña la población. Los aspectos económicos no solo hacen referencia al trabajo remunerado en sí, sino que además a las estrategias de subsistencia y la existencia de redes internas de redistribución, reciprocidad y mercado, entendidas estas categorías como elementos constituyentes de la vida económica de las personas.

ASPECTOS RELIGIOSOS: este es uno de los aspectos menos considerados a la hora de realizar un diagnóstico, pero sin lugar a dudas es muy relevante. La religión y los aspectos religiosos influyen sobre, sino todos, casi todos los aspectos de la vida de las personas, educación, salud, trabajo, relaciones sociales, familiares...

ASPECTOS CULTURALES: como aspecto general la cultura determina las acciones y las pautas de conducta de las personas, sin embargo, hablar de aspectos culturales, supone acceder a un mundo simbólico que se hace patente en las acciones cotidianas, en las relaciones, en los aspectos económicos, etc. La cultura en sentido genérico podemos definirla como un conjunto ordenado (relativo) de aspectos y pautas sociales de convivencia que permiten a un individuo desempeñarse y adaptarse a un contexto, una historia y unas relaciones.

ASPECTOS DEL ENTORNO: la construcción del entorno por parte de las personas tiene como componentes, el entorno simbólico, conceptual, relacional, social, entre otros. El entorno es construido y como tal está constituido por lo que cada grupo hace de él, los sentidos de pertenencia, de identidad y de uso tienen elementos simbólicos, una sede comunitaria, un sector, una actividad está cargada de ellos. Así con cada elemento constituyente del entorno no permite acercarnos a la realidad global y dar cuenta de ella.

INVESTIGACIÓN Y METODOLOGÍA DIAGNÓSTICA.

INVESTIGACIÓN Y METODOLOGÍA DIAGNÓSTICA.

La investigación diagnóstica, como toda investigación sigue unos pasos lógicos.

Lo primero es reconocer que surge una inquietud, el diagnóstico no debe estar focalizado ni orientado. Que no esté focalizada esta en relación con que no se orienta a una intervención determinada, pero si surge a partir de un problema o supuesto problema que nos interesaría en primer lugar conocer para luego intervenir.

Un punto previo a toda investigación diagnóstica es la determinación para el equipo del problema que se quisiera abordar, dado que finalmente el diagnóstico dirá si existe o no dicho problema. Una vez que el problema está claro, podemos establecer una línea lógica de trabajo, este será el centro de atención pero no el exclusivo, recordemos que el diagnóstico busca la globalidad.

Lo primero es acotar el espacio del diagnóstico tanto a nivel poblacional como geográfico, la pregunta es ¿dónde se realiza el diagnóstico? A partir de esta pregunta se establece la cantidad de tiempo aproximada para realizar el diagnóstico, la cantidad de personas necesarias para realizarlo, la capacidad de replicar en otros espacios, etc.

La segunda pregunta es ¿cómo realizar el diagnóstico?, es decir, buscar la mejor forma de acceder al espacio de estudio, buscar contactos, relaciones creadas previamente, buscar una metodología apropiada y unas técnicas adecuadas para lograr el objetivo.

Tercero, nutrirse de un buen ánimo para enfrentar las largas jornadas sin tener nada claro y levantando datos sueltos. La investigación diagnóstica no tiene un orden lógico en el levantamiento de los datos pero si una organización posterior de ellos, es necesario levantar la mayor cantidad de datos posibles todos son necesarios y nunca están de más.

Ahora bien la metodología diagnóstica, perece como algo muy complejo, que sin duda lo es, pero a manera de simplificar las cosas, cuando hablamos de metodología hacemos, de forma gruesa, una referencia a “que se va hacer para conseguir lo que buscamos”. No se deben confundir con las técnicas de recolección de información, las técnicas nos ayudan pero no son la metodología, es decir, utilizar entrevistas o encuestas son técnicas de recolección de datos, definir a quienes se encuestará y como se elegirán es parte de la metodología.

LA INVESTIGACIÓN ACCIÓN-PARTICIPATIVA

LA INVESTIGACIÓN ACCIÓN-PARTICIPATIVA

La participación está dada por que el investigador se hace parte de la comunidad o espacio y por tanto interactúa con ellos en la realización del diagnóstico, de esta forma se crean relaciones sociales y se establecen alianzas.

Este tipo de investigación diagnóstica persigue cuatro objetivos fundamentales:

LEVANTAR EL DIAGNÓSTICO: establecer la configuración de la realidad de acuerdo a las premisas y aspectos de un buen diagnostico.

PRIORIZAR LOS PROBLEMAS: a partir del diagnóstico que se va construyendo se van identificando problemáticas que se pueden abordar de forma inmediata y se pueden solucionar en conjunto con la comunidad.

REALIZACIÓN DE ACCIONES: las acciones van en concordancia con la priorización de los  problemas encontrados y son acciones si se quiere menores donde lo importante es no incorporar un número muy grande de agentes externos a los que ya realizan el diagnóstico. A modo de ejemplo, si el problema priorizado como número 1 es la necesidad de contar con una olla común, la base sería hacer de puente entre los afectados y otros actores, o abordarlo de forma de dar juego al propio colectivo, siendo canalizador y no gestor, aún cuando se está involucrado.

PARTICIPAR ACTIVAMENTE CON LA COMUNIDAD: al realizar el diagnóstico se participa de actividades propias de la comunidad, por lo tanto no solo se reconoce que el hecho que estando en un lugar se modifica sino que además se busca esta participación.

Como toda metodología, esta también tiene sus limitantes, en este caso está de por medio la objetividad ya que se quiera o no al participar y actuar con otros grupos humanos se establecen relaciones afectivas que pueden entorpecer la visión objetiva. Sin embargo lo importante para conservar la objetividad es la claridad, es decir, reconocer estas relaciones afectivas y manejarlas de manera que no interfieran en la visión diagnóstica.

TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN.

TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN.

Todas las técnicas son aplicables a la hora de realizar un diagnóstico, cada una entregara algunos aspectos y dejara de lado otras, además cada técnica es apropiada para recolectar algún tipo de información.

OBSERVACIÓN: como técnica de recolección de información es bastante útil, permite construirse una idea global de las relaciones y conductas frente a determinadas circunstancias, sin embargo, por si solo no es suficiente. Dentro de esta técnica tenemos la Observación participante y la no participante.  La observación participante puede tener tres connotaciones, la primera de ellas es donde ninguno de los actores sabe cuál es el objetivo final de la presencia del investigador. La segunda donde solo algunos saben el objetivo y finalmente una tercera donde todos saben cuál es el objetivo de la presencia del investigador. Esta técnica suele asociarse a otras para la realización de un diagnóstico. La observación debe realizarse en más de un espacio, tanto cerrado como abierto, debe considerar las circunstancias del entorno, y la presencia de todos los elementos que constituyen la globalidad del momento observado.

 ENTREVISTA: esta técnica tiene también varias formas de ser aplicada, depende de cómo se organice la recolección de la información. Para la realización de entrevistas del tipo que sean se deben considerar algunos aspectos: nunca inducir las respuestas, dejar espacio al diálogo, nunca hacer preguntas cerradas, centrar la atención en los detalles, fechas, nombres, acontecimientos relevantes, conceptos usados, no explicar lo que el otro dijo, utilizar el ¿cómo?, nunca pedir explicaciones sino aclaraciones. Ahora bien las entrevistas de forma operativa las podemos dividir en Entrevistas estructuradas, semi estructuradas, en profundidad. Cada una de estas entrevistas tienen un origen común  y se organizan de forma diferente.  Las entrevistas estructuradas, son similares a una encuesta realizada por medio de preguntas abiertas sobre un tema determinado pero con la ventaja que no se establecen criterios tan cerrados de respuesta, el investigador posee una  pauta de preguntas  enfocada a determinados temas de interés, esta por tanto focalizada y se encasilla en los temas de interés dejando lo demás de lado. La Entrevista Semi-Estructurada no posee preguntas predeterminadas, sino que temas generales de interés esta es guiada por el investigador para llevar al entrevistado a los temas centrales por medio de preguntas que no son cerradas. Finalmente la Entrevista en Profundidad, podemos asemejarla a una conversación larga donde no existen preguntas predefinidas ni temas de especial interés sino que se deja a la libertad del entrevistado los temas a tratar, la idea es profundizar en la vida y visión del entrevistado desde todos los aspectos de su vida personal y social.

ENTREVISTA GRUPAL: esta técnica de recolección de información, es bastante utilizada en el trabajo comunitario y con grupos dado que es muy fácil de usar, al menos aparentemente, esta técnica requiere preparación tanto del grupo como del guía del grupo. De esta manera la aplicación de la entrevista grupal debe considerar tiempos específicos para el tratamiento de los temas, consideremos que un tiempo prudente es de 1 hora y después un receso de al menos 10 minutos y así sucesivamente, se recomienda no hacerlos después de almuerzo, ni muy temprano en la mañana.  Hay que cuidar los tiempos de intervención de cada uno, nunca mirar fijamente a ninguno de los participantes a la hora de realizar preguntas, hacer siempre los comentarios y preguntas mirando al grupo, controlar la participación de todos, es evidente que algunos de los participantes tomaran la palabra en cada uno de los momentos por lo tanto habrá otros que no participarán.

ENCUESTA: la aplicación de una encuesta no es un tema difícil de realizar, lo complicado es diseñarla y definir la población de estudio, de manera de que sea significativa. La encuesta levanta gran cantidad de información y es muy útil para datos poblacionales, pero hay que recordar que el diseño es fundamental, de cierta forma se parece mucho a las entrevistas.

RECOLECCIÓN DE DATOS SECUNDARIOS: como técnica se reconocen todos las revisiones bibliográficas, datos levantados por otros investigadores, otras investigaciones realizadas en otros espacios, entrevistas a persona s que conocen el espacio de estudio, etc.